Su celda estaba en el desierto. En un extenso desierto. En el centro, justo. Al aire libre y bajo el cielo, pero como no podía volar, no escapaba de su injusta cárcel... Allí se acercaban los pobres a pedirle limosna, los ricos a burlarse de él, los pequeños ambulantes a venderles sus baratijas... Y un día le llegó la condena por el preso aceptada: un año y un día, pero con carácter de pasado. Retroactivo. Y vio el reo que su condena le había hecho afectuoso, aunque agotado. Agradecido y agredido, nada agresivo. Notó que se sintió por ella aislado, en ciertos momentos alarmado, pocos alegre, siempre amable y quién sabe si amado...
Hubo tiempo de saberse amenazado, de ser amigable y animado. Ansioso y tremendamente apasionado, por algunos apoyado y apreciado. Como un niño, aterrorizado y de su propia condena atrapado. Aturdido. Por momentos capaz y otros, celoso. Nunca cobarde y muchas veces colérico. Nunca cómodo ni compasivo, más quizá comprensivo. Comprometido y confiado, como lo había sido siempre.
Muy confundido. Bien consolado. Con momentos terriblemente contento, creativo. Otros, cruel. Nunca culpable, ni de la propia condena. Defraudado por aquél que dependiente le hizo sentir deprimido y desadaptado. Ciertamente desanimado. A días, con lluvia, descontrolado. ¡Harto desesperado! Incluso desganado. En su corazón, desgarrado y en su condena, desilusionado. Desorientado.
Que vil quien hizo al reo sentirse despreciado, desprotegido. ¿Quién acabada la condena lo habrá destruído? Vil es quien al reo, deja dominado... Vil y dominante, claro está.
Se sintió engañado y muy enojado. Esclavizado. Y tomó envidia del esperanzado, por su talante estimado, extasiado, fatalista, feliz y cuantas veces frustrado.¡Qué impaciente al sentirse ignorado! De incompetentes rodeado, inconstante el reo por naturaleza, indeciso e infravalorado. Un poco desorientado. Pecador de posesivos valores, no siempre seguro y sereno, pero sincero. Temeroso estuvo el reo en su año y un día, volviendo a juicio para ser juzgado. Tierno y tímido, por momentos, tonto y temeroso. Vigilado y violado hasta que el juez dictó nueva sentencia: tres años menos un día...
Y el preso sigue en la cárcel...
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