miércoles, 8 de enero de 2014

LA RUTA MALAYA

Arreglando fotos a destajo. El jet lag me pilló con el pie cambiado y me dejó ojoplático (calculo que aún no había utilizado este adjetivo desde que tengo el blog en marcha) desde las seis de la mañana. Me desperté, intenté convencerme que debía seguir durmiendo y cuando vi de lo imposible, me levanté preparé dos tostadas y tomé café. Me vine a trastear al ordenador, escribí y arreglé fotos, miré y leí. Me puse al día. Y dejé que llegara la hora de irme a trabajar después de arreglar un cajón más del despacho y algo del comedor. Me fui al Ayuntamiento: tomé tostadas en el almuerzo con Pepa, mientras Mislata se quedaba sin luz y me puse al día con Cristina a quien le conté periplos de esa ruta malaya que aún estoy por contaros a vosotros.

Regresé al despacho para urgir unos temas y llegué a casa pasando las tres de la tarde, cuando me esperaban mi hermana y mis padres, yo creo que pensando que me había olvidado de que comíamos juntos. Lo lamentable es que el enganche al trabajo, que reconozco, me acaba dejando siempre atado a la mesa del despacho y se me van las horas, casi sin control. Comimos un espectacular arroz al horno que pedí por encargo ayer a mamá, para recuperarme de la gastronomía picante de la Indochina y ponerme al día con los caldos patrios. Les di unos regalitos que les traje del viaje a tierras extrañas y pasamos la comida, antes, durante y después, solucionando problemas de los teléfonos sin poder contarles ninguna de las anécdotas, que aquí tampoco os he traído todavía.

Desde que se han ido, tengo música y un leve dolor de cuello. Escribo y me preparo ya para irme a la tele, mientras se muere mi teléfono sin baterías. Esta noche regresamos al "Tot és Festa" y la verdad que con muchas ganas... Y el resto, pues esta nueva rutina sin monotonías que tengo en 2014. Reconozco que solo llevo dos días y que es fácil no caer en las rutinas, que lo suyo es mantenerse fiel a los infieles propósitos. Y eso ya veremos si lo conseguimos. Por intentarlo, obviamente, que no quede.

Por cierto, mi ruta malaya ya tiene portada. Me quedan acabar las fotos de un tarjeta más y al ataque con intoxicación. Andad preparados, que de aquí a nada, os cuento las anécdotas que no pude traer a la comida hoy...

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