PONERSE A CAMINAR

Gripe. Feroz. Se ha caído sobre mí las muchas horas de no tener descanso, de fallerío intenso, de radio y tele a tope, de falla por la mañana, la tarde y la noche. No ha dejado de llover desde que anoche quemamos la falla. El verdugo pasó a la historia con una cremà épica. Me quedo en el recuerdo mi emoción de ver cómo ardía, mi risa que desbordaba la ilusión y el final de un ciclo y el calor de la madera ardiendo a una velocidad terminal... Espectacular. La verdad que han sido unas fallas intensas, donde me quedo con algunos momentos. La visita de Tato y Gemma, el jurado en Torrent con Solivares y Belenguer, un abrazo en forma de enhorabuena después del fuego, la noche de la plantà, la emoción de ver el resultado... Muchas cosas, pequeños detalles, que con el tiempo se saborearán mucho mejor...

Ahora por delante quedará el reto de volver al futuro cogido de la mano de mis ilusiones y mis empujes. La fuerza del fuego tiene que valer para reemprender la marcha con otra intensidad. Ahora, hace un año justo, recuerdo cómo caí preso del agotamiento. Aquél mes ahora lejano en que no podía cuanto apenas ni hablar se me ha repetido en la memoria a lo largo del día con un límite claro a mis pensamientos: qué rápido se pasa el tiempo...

Voy a formatear el ordenador. Debería de formatearme yo mismo... Y a partir de mañana empezar a cargar el disco duro con otras cuestiones que deben de preocuparme más... Mañana, por hoy, que llegará la primavera, me pongo las pilas y empiezo a caminar... Felices suertes.