Cuento los segundos para volver a la realidad. Creo que ya he tenido suficiente paseo por el jardín con mis fiebres postfalleras y hoy lunes toca revisar la vida real... Lo hago con un "Guarda che luna" de fondo que le da un toque almodovariano absolutamente siempre al teclado de un ordenador... Lo dicho. Que toca regresar a la realidad, aunque con la mirada puesta afuera, con las ganas como siempre de coger las maletas y hacer marcha... Lo bueno de leer estas hojas perdidas es que hacen que me descubra a mí mismo como un viajero incansable atado siempre a puerto porque se espera que en puerto tenga otras cosas que hacer... Y así me hallo: entre las obligaciones de mi yo y mis voluntades, que no son siempre pareja ni caminan de la mano...
Reviso estos días entre el ordenador haciendo limpieza a destajo, como toca. Y me encuentro fotos a las que voy dándoles salida y entrada. Aparecen muchas que son recuerdos que desconozco... Emilio Perico suena mientras miro esta foto de Florencia que tan buenos ratos me dejó en la memoria... La Toscana. Y los sueños. Hoy, parado bajo el sol, tumbado por primera vez en la terraza ya, con la intención de cazar rayos solares, los primeros, me descubría a mí mismo como un capítulo más de un libro largo y repetitivo... Y sin embargo, yo que soy de cambios, hablo mucho de lo que quiero buscar pero aún no me he puesto a ello, que debería... Guarda che luna...
He dedicado el día de hoy a ir limpiando la casa bajo una temperatura de verano (25 grados ya) y la tarde a poco más. Si acaso alguna llamada de teléfono un rato y ahora pensando ya en afeitarme y en la ducha, camino de la sede que tenemos reunión. Lo dicho, la vuelta a la vida normal, si tiene algo de normal esta vida mía...
Tengo que empezar a proponerme propuestas y a llevarlas a cabo, que ya va apeteciendo. Mañana, por ejemplo, un paseo por la playa...
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