domingo, 22 de marzo de 2015

SACUDIDAS


Domingos en familia. ¿Cuánto tiempo hacía de algo así? Pues sinceramente ni lo recuerdo. Entre el trabajo y la vida política no tenía tiempo de perderme en la sierra, bajo la lluvia, y encomendarme al noble arte de la mesa. Lo he dicho comiendo: "somos italianos". Somos una familia donde las "mammas" mandan y envuelven, donde aparecen como epicentros que sacuden el día a día. Anoche me acosté tarde. Cenamos Richard, Amparo, Boro, Eduardo, Kike, Fernando, JC, Laura y Alberto, Juanjo y yo en el Camerino para resurgir de las fallas. Llovía ya. A tope. Caminamos hasta Cyrano, nos echamos unas risas y alguna sorpresa. Y acabamos por Jerusalem hasta que pasó la madrugada. Nos volvimos a Mislata. Dormí, casi nada y a Onda. Comida familiar. Conocimos a Rober, una persona que llega en esta vida de continuos pasos donde la gente se mueve, va y viene. Llovió, a sacudidas. Comimos, por encima de todo. Y celebramos el cumpleaños de Mercedes que se entregó a la sorpresa con mejor aspecto que tiempo atrás. El resto, una siesta frente a la chimenea. Y volver a casa... Sin tener mayor apego que ese. La casa. La que querría arreglar y no puedo. (Mientras pienso con cenas por llegar, y vida hogareña). La casa. Que me pide su hueco siempre que inconscientemente sé que no podré... La vida. Que va a sacudidas.

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