lunes, 9 de junio de 2014

PORQUE LO MIRO O ME LO DICEN


Un insecto palo se cuela en mi balcón. Sea que me cuelo yo en su naturaleza, que lo mismo tendrá. No escribía desde el miércoles y me notaba a faltar: ahora freno la labor del hogar y me pongo con un hombro descolgado a escribir mis últimos muchos pasos... Mirando atrás, intentando sobrevolar como esa foto de instagram colgada mientras tomaba el primer sol de verano. Hoy, con la tumbona, en la terraza. Resistiendo como saguntino romano un sol de injusticia cebarse durante veinte minutos. Algo más.

El jueves recuerdo la fiesta del mojito en Cyrano. Quedamos allí Manolín, Kike y Edu. Venía por la tarde de hacer algo de obra en el casal. Me llevó a casa Víctor y al entrar en el patio descubrí que no tenía llaves. Regresamos a Ruzafa (metáfora de mi cabeza atareada) recogimos las llaves y volví a casa. Al rato, en taxi, llegaba al pub donde estaban ya tomando copa. Gueguel con la maternidad en ristre, sonreía de oreja a oreja. Con Raúl y Lorena. El propio Luis y Jorge ultimando lo que hubiera. Nos fuimos a cenar con Paloma, que acompañaba también, al Tito Montadito: calor de una noche de verano. Y antes de volver a los hielos picados y las hierbabuenas, me fui al Microteatro donde Angelita estrenaba su Superella que Ferriol definió como destarifo. Una peculiar sensación la de tener a los actores de cerca y una sorpresa: ver a Ángeles y verla desde fuera. Sin telón, siquiera.

Echamos la noche de mesa en mesa. Primero con Toni y Lorena, dos que pensaba amigos de Edu y Kike pero que solo conocían al segundo. Luego con Marta Villanueva en la barra. Llegó Angelita. Luego con Pablo y Raquel, Lorena y Raúl, ultimando vacaciones. Y volví a casa, con el calor de la madrugada, con Pablo y Raquelilla detallando cosas que no nos dijimos aún... Porque hacía lo suyo que no nos veíamos.

El viernes fue día de despacho. No recuerdo más. Debería de parar a hacer memoria y recuperar la agenda. Recuerdo directamente la tarde, acto con los castellanomanchegos y a Borja recogerme en coche. Luego a Alba, Lorena y Manolín. Nos fuimos a que Noscarmientas jugara el segundo partido de la liga. Cenamos en McDonalds a la 1 de la madrugada y rematé en Cyrano. Pasé antes por Clero a ver a Noelia y Javi, que tenía abandonados también. Lo público empuja a lo privado y cada vez con más fuerza, como es lógico. Allí nos sentamos alrededor de una mesa y en las escaleras Lorena y Borja, Selu, Apolo y los clericales. Me fui a casa con Juanjo. De noche.

Me desperté el sábado y dediqué la mañana a un taller en la sede del partido. A las dos acabé y me fui a comer. Dormí algo y enseguida de romería con los andaluces, disfrutando de los caballos. Y me escapé más raudo que veloz a la boda de Nuria y de Ximo. Me recogieron Laura y sus padres. Nos frenó una manifestación por la República y llegamos tarde a la Iglesia. Capitanía. Compartí fondo de misa con Alejandro y Carmen, hija incluída, Mati y Raúl, los padres de Laura y la Caballero misma. Al salir, con Leo, disparando la pólvora al alimón con Ceballos y Sanabria. Y tarde noche de risas. Vinos en la terraza del Alameda. Mesa compartida con Falleras Mayores y barra de noche, con mucho jaleo. Una gran fiesta, sin duda. A las cinco pasadas la recorté con un taxi que sobrevoló la ciudad: hablaba de política. Y dijo que no lo ve tan mal... Qué alegría encontrarse alguien que también conduce por las calles del positivismo.

Me despertó el teléfono a la hora señalada. Misa de campaña. Rafa Pérez llegaba a Mislata, me llamó para encontrar la Canaleta y estuvimos bajo el sol. Me gustó el discurso del cura... Acompañé a Rafa en su despedida y comí en la Avenida de la Paz, arroz amb fessols i naps. La tarde la eché en el sofá. Vi el último episodio de Aida (gran despedida) y me fui a empezar esta semana...

Como Sansón, cortó Miguel mi melena esta mañana. Luego fui al despacho, antes tomé cortado y luego unas hamburguesas. Dormí sin darme cuenta y me regalé quince minutos más que no supieron a nada. Limpiando hogar y reunión esta noche en la falla... El calor subraya ya que es junio. Aunque a veces, como hoy, ni sabemos qué día es... Que es nueve. Porque lo miro o me lo dicen.

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