lunes, 29 de septiembre de 2008

EL CHICO DE LOS OJOS AZULES



Este verano dijeron en las noticias que Paul Newman, el chico de los ojos azules, había abandonado el hospital con el propósito de morir en su casa, con los suyos. La semana pasada pensé en él... ¿Cómo estaría? ¿Cómo iría su batalla contra la muerte, cuando ya todos sabíamos que ésta le iba a vencer como vence siempre la parca contra cada uno de nosotros?
Reconozco que soy un mitómano selectivo: no un mitómano empujado por el furor del placer que pueda conceder conocer al famoso, sino un mitómano de pocas y destacadas figuras. Paul, el chico de los ojos azules, era una de esas personas que sí tenía en mi haber de mitos, de estrellonas, de relumbrón de hollywood,... Él, Liz, Marlon, James,... Nombres a los que no les hace falta un apellido porque todo el mundo los reconoce, por su trabajo, por la calidad de sus obras, por su calidad humana, porque destilan glamour a raudales y son, tan sólo, estrellas... Paul, el chico de los ojos azules, se nos ha ido este fin de semana y a los que, como yo, hemos disfrutado con cada una de sus películas, nos deja huérfanos de estrellato. (Y cada vez, nos quedan menos...).
Hoy volveré a mirar la foto que cuelga de él en el comedor de mi casa. Hoy, volveré a envidiar su belleza absoluta y a venerar su fama. Hoy le recordaré de nuevo sobre bicicleta, o con muletas, abrazado a la Taylor... Lo imaginaré pegado a la mesa del billar, batiéndose por el color del dinero... Siendo el indomable. El dulce pájaro de juventud... El gato sobre el tejado de zinc caliente,... Que maullaba despacio. Bebiendo desesperado un whisky de la botella apoyado cerca del cadillac... Montándola con Redford al lado. El chico de los ojos azules... Del color del cielo. Hoy estaré celoso por conseguir un amor para toda su vida y recelaré de la valentía con la que el muchacho de los ojos azules dijo: "quiero ir a morir a mi casa".
Siempre nos quedará el cine, sus pelis, sus fotos... Sus fotos de chico rebelde crecido a base de sonrisa y mirada. Siempre nos quedará el consuelo de saber que Paul Newmanexistió más allá de la pantalla grande... Siempre nos quedará el recuerdo de haberlo vivido. Y, ahora, convertido de verdad en estrella, se convertirá en ese mito al que todos idolatramos... Descanse en paz, el gran chico de los ojos azules...


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