lunes, 22 de septiembre de 2008

ALEGORIA (SIN ACENTO EN LA I)




Nos puede ir en ello la vida, en la amistad compartida, en las horas partidas y en las que llegarán. Hoy cumples años, uno más, mientras cumples días y noches llenas de fiestas, de experiencias vividas, de sueños compartidos, de momentos esperados, de alegría, dicharachera y sonriente. La niña de los ojos dulces, de la sonrisa eterna, impulsiva y excesiva hasta el impulso y el exceso mismos cumple añitos... Te he llamado esta mañana. Antes de respirar ya he notado que no podías hablar, que estabas (sospecho) en tu trabajo de chica madura y responsable, con tu laboriosidad de hormiguita guerrera y vocación impagables... Hoy te he llamado, para hablar entre silencios por muy pocos segundos, consiguiendo un par de risas y mucho afecto. ¡Cuánto tiempo desde aquél cumpleaños en el que te regalé mi suéter verde, de rayas negras, que me hacía tan beisbolero! ¿Lo recuerdas? Con su botecito de cebollitas en vinagre, que no dejan de ser una pasión compartida... ¡Cómo tantas otras cosas! Qué de recuerdos, de adolescencia, de ganas de vivir, de noches en el Zariche viendo en la lejanía como te robaban el amor que hiciste tuyo... Cuantas horas de caminata (cuantas veces nos dijeron que parecíamos novios, el de La Lina y la Almela...). ¡Ay, la vida! La que vamos cumpliendo...
Hoy es tu cumpleaños y mi excusa para saber que estás ahí, que siempre estás ahí, aunque te perdieras por el cielo cuando se te llevaron los Ángeles... Luego, no sé si por Julio o por agosto, regresaste a mi vida... Aquella noche en la puerta del garaje de mi padre. Aquellas confidencias. Aquellos secretos. Aquellos anhelos... Anhelos de la vida, que nos va pasando...
Y las horas de teléfono, tan parecidas a las inacabables cartas que, de pequeño, recibía desde una tal calle de Tales... Y el invierno soltero de Manolo, con nuestras fiestas nocturnas por Valencia. Y los silencios (del miedo que se te llevaba el corazón a trizas). Y la vuelta a sonreír... Y cuando fui el tonto al que se le cayó la coca-cola en tu cumpleaños,... ¡Y tantas cosas que nos quedan por vivir! Qué hermosas las cosas que nos han pasado. Qué bueno contarnos las que nos perdimos... Qué grande saber, que nos queda mucho por pasar y por contarnos... Con un plato de cebollitas en vinagre sobre la mesa y la amistad en la palma de la mano. Un beso. Felicidades, guapa.

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