Esta foto la hice desde el avión, por la ventanilla, mientras volaba a un paraíso... En pocos días vuelo a otro, más humilde, pobre, exótico, distinto... Sin saber bien a qué me enfrento, ni si seré capaz de enfrentarme, vuelo a la India. Y empiezo a ser consciente hoy, que no paro de decirlo, que no ceso de cantar, que me duelen las vacunas en los brazos y empiezo a darme cuenta de que no he organizado nada... De nada. Quizá es lo que requiere la India, no preparar nada. ¿Por qué, cómo se prepara uno para la miseria, la pobreza extrema, la tristeza, el baile de colores, el erotismo de la inmundicia, el mundo por descubrir, la cultura oriental y el sueño eterno? No lo sé. por eso, yo, hasta ahora, no era consciente de que en breve emprenderé el vuelo (y muy probablemente uno de los vuelos más importantes de mi vida). Creo que ahora sí estoy preparado, o que al menos, ahora sí empiezo a creer que batiré las alas y volaré, sobre Leh y Agra, sobre Nueva Delhi,... Empiezo a ser consciente de que me voy, en breve, de que comienza una odisea personal, imparable, impagable... Una aventura como nunca antes viví. Y en esa aventura me llevo a todos los que estáis a mi lado, porque sospecho que os echaré de menos y sufriré en la distancia... Empiezo a ser consciente de todo esto. Y no me disgusta...
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