martes, 26 de febrero de 2013
EL ABRELATAS
Qué puntazo cuando de repente aparece en tu vida un himno. Hoy ha salido a la venta el disco nuevo de Fangoria, anoche descubrí el jingle en El Hormiguero, y me he quedado ya enganchado a la canción: "No quiero más dramas en mi vida, sólo comedias entretenidas...". Uf! Qué bien viene... Voy a volverla a poner.
Me he despertado por culpa de la alarma porque anoche me dieron las tres casi acabando el llibret de la falla, vía whatsapp con Sergi, y alguna hora más de la madrugada dándole vueltas a la cabeza. El estrés se dispara siempre por las noches porque el cerebro se niega a desconectar y el mío, que anda siempre revolucionado, parece moverse tan cómodo de madrugada.
Me he ido andando a la radio para bajar nostalgias después de llevarme la grata sorpresa de haber perdido peso en la báscula, lo cual, curiosamente, es ganar. He llegado a la radio, he hablado algo con Paco, arreglando España que dice David, y me he clavado en la mesa del ordenador. Miré por la ventana y vi pasar a dos personas, sin saber hacia adónde iban. Paso la mañana frente al teclado, destrozando mis mejores marcas de mecanografía, sin dopping alguno. Me divirtió Lorena el otro comentándome que le habían preguntado si me drogaba para aguantar tanto como aguanto: yo creo que el secreto es tener un espíritu inquieto, una cabeza emprendedora y unas ganas que, a veces, me arrollan hasta a mí. Pero lo confieso: no me drogo. Mis vicios, como mis virtudes, son del alma o del ser. No me pierdo entre envidias ni celos, pero reconozco que mis puntos negativos son más maneras de ser que no nada material...
Leo me ha traído a casa después de un programa entretenido con la gente del Bioparc y Pedro Santaeulalia. Le he pedido, que me dejara frente a la casa de verduras de la señora simpática que descubrí después del verano, para comprar patatas. Y al final, como siempre, parece que me sepa mal molestar, he comprado cebollas, patatas, pimientos, ajos tiernos, fresones, papas y hasta unas vitaminas para el tiempo que se nos viene por delante. Me apetece que a la señora le vaya bien la tienda, me cae bien. Y soy una maruja de comprar en mi barrio. Lo reconozco, me encanta la botigueta de la calle...
Subo a casa y con el caldo que deshelé hago un arroz caldoso. Cada vez me parezco más a mi hermana que es la Chicote de los arroces caldosos. Unos fresones para rematar y un bombón apurando el bote, que no consigo abrir del todo porque sigo con una cuenta pendiente: un abrelatas.
¿Cuándo me acordaré de comprar el abrelatas? Aún quedan cosas pendientes en mi vida... Desde luego que sí.
Me encuentro algo más animado que el fin de semana en la falla, lo reconozco, pero no lanzo las campanas al vuelo. Me quedan muchas horas, muchos nervios y alguna pena cogida a mí. Tampoco quiero renunciar a ella: me completa. Sabéis que soy un tío animado y alegre, la pena me da el contrapunto que me equilibra... Y miro alrededor, y sigo sintiendo que soy feliz. Ahora, moderadamente, lo reconozco. Pero cuando no me empujo por los elementos externos, no me puedo quejar...
He pasado la tarde arreglando cosas, en el ordenador, adelantando faenas y me he dejado un capítulo de Grand Hotel a mitad por hacerme una siesta borreguil en mitad de la tarde. El móvil no ha dejado de sonar, así, que dormir, he dormido un rato. Pero me ha reconfortado bastante... ¿Y apagarlo? No va conmigo...
Ahora, acabo de escribir esto. Pienso ya en prepararme una ensalada, vestirme, coger el autobús e ir a la falla. Vamos con la última directiva del año... Y luego, volveré, a la noche y calculo que a darle vueltas a la cabeza. Hay cosas que me ocupan y hay otras que me preocupan, como por ejemplo: ¿Cuándo me acordaré de comprar el abrelatas? Debería de empezar ya a dar soluciones...
sábado, 23 de febrero de 2013
jueves, 21 de febrero de 2013
¡PREMIO!
Casi busco este reducto imposible en mitad de la nada, porque no paro. Ando ahora destajando palabras contrarreloj y durante la semana, sin parar nada, porque no me queda tiempo para nada. Y ahora que me dejo a escribir las horas, un rato, me siento culpable de no estar haciendo alguna de esas mil cosas que me quedan por hacer. Como si venir al blog, fuera un delito. Que a veces lo es... Aunque me parece que es más delito cuando no vengo.
Ayer se fallaron los premios de Presentaciones. A Noscarmientas le cayó un cuarto y dos premios, primeros y por primera vez en la A: Angelita y servidor que nos fuimos con nuestro premio a la falla. Bueno, yo en realidad me fui a la tele, a rematar el programa de la tele y, enseguida, al casal a celebrarlo como tocaba y hasta las cinco de la madrugada. Miércoles de Erasmus.
Esta mañana me despertó la responsabilidad y el sol. Me puse a limpiar algo, poco, la casa y cuánta falta le hace y me fui a currar a la radio. Cuarto programa diario de "Soroll i Festa" y subiendo. Me regreso en coche, planeando con Leo mañana la Gala Fallera, sin tener consciencia de que ya estamos a estas alturas, en las fechas que estamos...
Acabo de escribir en facebook lo que siento: "Tras conocer anoche nuestro cuarto premio de presentaciones y los primer premio de actriz (Ángeles Hernández Graciá) y de actor (Jaime Bronchud) sólo puedo dar las gracias y deciros el orgullo que siento de ser de esta Falla Noscarmientas... Lleváis cinco años subiendo al escenario, dando un espectáculo fantástico, haciendo disfrutar al público y provocando sonrisas... ¡Pedazo premio! Gracias a todos los que lo hacéis posible porque sois muy grandes. Gracias a todos los que lo compartís, porque con vuestra amistad y cariño, nos obligáis a seguir esforzándonos por haceros disfrutar. Gracias a las fallas participantes, que para nosotros no sois competencia sino amigos que compartís esta locura... Y gracias a toda la gente que desde anoche me ha enviado tantos mensajes de cariño... Es una satisfacción muy grande poder compartirlo con vosotros. De verdad que es precioso y me siento muy afortunado. Y eso, en días como hoy, es fantástico... Gracias.". Y eso es lo que siento. Bueno, eso es lo que sintiendo, expreso. Anoche expresamos mucho más, ayer hablamos, mucho y dijimos otro tanto. Fue genial.
Os voy a dejar porque me siento culpable. Sólo eso, deciros que estoy feliz. Mucho. Por esto y por otras cosas, pero esto es un aliciente... Seguimos viviendo, como podemos y yo, cuando pueda, iré contando.
Estoy muy contento por el primer premio de actor. Había conseguido ya dos en la categoría B y otros dos segundos en la A. En el quinto año, el primer premio de actor en la A. Dicen que no hay quinto malo... Un quinto compartido con mucha gente y con Borja de manera más especial. ¡Borjita, éste, es a repartir!
lunes, 18 de febrero de 2013
YA OS LO CONTARÉ
Sería realmente lamentable que todo lo bueno lo tapara un poco malo. Acabo de sentarme delante del ordenador, casi a flagelarme porque estoy haciendo un febrero nefasto en el blog. No sé si dejar de escribiros os desacostumbrará y siento que me pasa el diapasón de mis días escritos, lo cual no me gusta. Nada.
Decía que lo negro no puede ganar a lo blanco. He tenido cinco días desde la última hoja de excesos y procesos. Hoy he empezado el programa de la radio: eso es una fortuna. Bendita. El primer "Soroll i Festa" que hemos redondeado la mar de bien.
El viernes fue noche de falla y Cyrano. Pablo, Raquel, Leo y Laura estuvieron por allí. Se fueron al poco de que llegaran los de mi falla y poco después de que estuvieran los de Maestro Gozalbo. Y allí echamos la noche, hasta que nos fuimos. Recogidos y a casa. El sábado dormí hasta que tuve que reorganizarme la tarde. Café en casa de Mabel, la tarde nublada y a la Exposición a la imposición del brillante de Angelita. Venía de reunirme con los de Azcárraga, café, ramo amarillo y Miguel Ángel. Echamos la tarde entre el fallerío y la tasca andaluza donde nos curra ahora Arantxita. Y luego, cenorrio en la falla, sopar de quintos, inauguración de la tapa y folklores varios. Muy, muy divertido. Lo pasamos bien hasta la mañana que nos pusimos a charrar Lorena, Borja y servidor. Ocho y pico. El pico aparte. El domingo casi se nos fue sin darnos cuenta. Me eché a dormir y a ultimar el estreno del programa de hoy en la radio. Por la tarde, recogí a Yajaira en la falla, le dí a Adrián el móvil de Manolín y nos fuimos a Sevilla - Denia que teníamos presentación. Compartí butaca con Yajaira, Félix y Vicente. Salí y el plan genial: pizza y Goyas (descafeinados).
Y hoy lunes me desperté, remoloneé en la cama y me fui a la radio pensando que sería un día nublosísimo y hacía el sol que llamamos de fallas...
Lo que dije, ¿a que no merece la pena que una gilipollez empañe todo esto? Pues no... Ya os lo contaré...
Decía que lo negro no puede ganar a lo blanco. He tenido cinco días desde la última hoja de excesos y procesos. Hoy he empezado el programa de la radio: eso es una fortuna. Bendita. El primer "Soroll i Festa" que hemos redondeado la mar de bien.
El viernes fue noche de falla y Cyrano. Pablo, Raquel, Leo y Laura estuvieron por allí. Se fueron al poco de que llegaran los de mi falla y poco después de que estuvieran los de Maestro Gozalbo. Y allí echamos la noche, hasta que nos fuimos. Recogidos y a casa. El sábado dormí hasta que tuve que reorganizarme la tarde. Café en casa de Mabel, la tarde nublada y a la Exposición a la imposición del brillante de Angelita. Venía de reunirme con los de Azcárraga, café, ramo amarillo y Miguel Ángel. Echamos la tarde entre el fallerío y la tasca andaluza donde nos curra ahora Arantxita. Y luego, cenorrio en la falla, sopar de quintos, inauguración de la tapa y folklores varios. Muy, muy divertido. Lo pasamos bien hasta la mañana que nos pusimos a charrar Lorena, Borja y servidor. Ocho y pico. El pico aparte. El domingo casi se nos fue sin darnos cuenta. Me eché a dormir y a ultimar el estreno del programa de hoy en la radio. Por la tarde, recogí a Yajaira en la falla, le dí a Adrián el móvil de Manolín y nos fuimos a Sevilla - Denia que teníamos presentación. Compartí butaca con Yajaira, Félix y Vicente. Salí y el plan genial: pizza y Goyas (descafeinados).
Y hoy lunes me desperté, remoloneé en la cama y me fui a la radio pensando que sería un día nublosísimo y hacía el sol que llamamos de fallas...
Lo que dije, ¿a que no merece la pena que una gilipollez empañe todo esto? Pues no... Ya os lo contaré...
jueves, 14 de febrero de 2013
ALGO QUE ESCRIBÍ ANOCHE PARA LA TELE
Anoche volvió a mi cuerpo la sangre de la palabra. Anoche, día mundial de la radio, en el programa, quise contestar a gente que hace del grito su diálogo y te insultan si no opinas como ellos... Ayer, con algo que debería ser tan sencillo, como las fallas, descubrí que hay gente que sólo quiere el ruido y escribí algo que leí en el "Tot és Festa"... No sé si sirvió de algo. Hubo muchas personas que me felicitaron por hablar tan claro... Pero hay gente a la que sólo le gusta el ruido. Yo, como siempre, me quedo con la palabra...
"A los que no pensáis como yo, Han empezado hoy, por casualidad, a moverse mensajes por las redes para convocar a la gente en la mascletà y manifestarse contra los políticos. Así dicho en general, convence a cualquiera, no es difícil el discurso. Siempre habrá quien en mitad de una crisis, acerque el mechero a la gasolina con la única intención de que todo explote. De que todo estalle. Y esos políticos que antes los falleros denunciábamos y quemábamos en el fuego, que luego vinieron a hacerse fotos con sus ninots como si fuera un homenaje, hoy tienen que temer asomarse al balcón porque la marabunta puede silbarles...
Ahora, con la crisis, cuando todo es difícil, es más sencillo que nunca: manifiéstate contra los políticos que nos roban. Y los cinco millones de parados, los que estamos cansados de tanta noticia negativa, los que no queremos recortes, los que nos jode que esto ya no vaya como nos iba, nos tiramos a la calle a gritar porque es de las pocas cosas gratis que aún nos quedan. Y porque nos han convencido de que toca ya hacerlo... Que toca ya.
Sin embargo, me parece un error convocar a la gente en la mascletà. Los que andan detrás de estos “fregaos” proclaman sus esloganes para que todos los coreemos a una, dicen que los “políticos”, así en general, no pueden esperar que en fallas se olvide la gente de la que cae. ¿Pero alguien puede olvidarse de la que cae? Ni el que está en casa sufriendo el paro, ni el que paga más IVA, ni el que le recortan esto o aquello, o el que se dejo la falla porque no puede pagar la cuota... Pensar eso, es de imbéciles. De bobos. Yo no digo que nos olvidemos, ni que apartemos nuestras reivindicaciones. Yo en cartón o en madera las quemo cada año en mi falla... pero a esos que no piensan como yo, a esos que creen ganar poder por organizar cosas así, a esos que promueven que nuestros gritos sean más fuertes que los masclets sólo quiero decirles que es una irresponsabilidad muy grande, manifestarse en esa plaza antes de la mascleta. Y que calentar el ambiente sólo sirve para que al final algo arda.
Me preocupa. Me entristece. Y sobre todo me asusta si pasara algo. Porque si algo pasa, algo grave, algún incidente de esos que luego unos usan para decir que la policía es asesina, que nuestros gobiernos son fascistas y que otros enarbolan para decir que vinieron a rebentar no se qué, alguien entonces podrá explicarme quién se hará responsable... Alguien saldrá entonces a pedir que se depuren responsabilidades, a decir que esto se veía venir, que no se actuó a tiempo... Y entonces nos lamentaremos. Más cuando veamos que dicen las teles nacionales de nuestras fallas que hoy tanto les cuesta sacar. Yo no pido que la gente se olvide de que nos va peor de lo que nos iba.
Porque nos va peor a todos, pero a esos que promueven jarana aprovechando el gentío sí que quiero decirles que yo, el Bronchud, que estoy contra la subida del IVA en la cultura, que denuncio las salvajadas que en este país han hecho presuntamente algunos políticos y miembros de la realeza, que batallo porque el que tengo al lado le vaya mejor cada día y que cambiaría el mundo entero como Mafalda si me dejaran, yo, yo no quiero ser cómplice de ver como convierten mi fiesta en su circo, que yo no quiero participar en esta campaña de acoso y derribo, que las fallas las hacemos los falleros y las queremos vivir en paz. Los falleros, los altos y los bajos, los de arriba y los de abajo, los gordos y los flacos, los de derechas y los de izquierdas, los de todos los colores y los que no tienen color... A todos, y especialmente a los que no piensan como yo, sólo quiero decirles que bastante dolor hay cada día como para que ustedes encima hoy quieran convencerme de que tengo que joderme las mascletàs...
En mi nombre no, de verdad. En mi nombre no. Llámenme para batallar por la vida, pero no me pidan que haga ruido para que se libre una pelea... Soy tan sólo un fallero. Que quiere vivir las fallas en mitad de un año muy difícil. Y sólo les pido una cosa: respeto. Porque yo siempre he respetado a todos. Y sin respeto, no vamos a mejorar nada..."
miércoles, 13 de febrero de 2013
POBRE DIABLA
Traigo a vomitar el alma, que es lo que hago cuando escribo en estos renglones torcidos a días. Y quiero que se lea ya desde la pena y no desde la rabia. Lo hago más como llanto que como quebranto y porque cuando me paro con el tiempo suficiente de releer lo que miro a mi alrededor, acabo por desfogarme sin fuegos ni artificios...
De vez en cuando escucho o leo, me rebotan palabras que llegan de lejos y que casi siempre te traen otros o te dejan en forma de indirecta escritas sobre la mesa. Por lo general, como nunca he sido de injusticias, me rebelo en armas y salto a la defensa a ultranza de mí o de los míos. Pero también es bien cierto, que tal y como me vengo haciendo mayor, me vengo haciendo silencioso y me vengo en mis calladas. Y así, lo que antes era pólvora y fuego, acercar el mechero a la gasolina que digo yo, ahora mastico las cosas, las digiero y las rumio...
Me encontré una vez más con un mensaje de esos lanzados al vuelo y que te trae el viento. Es un mensaje real, aunque entiendo que quien lo masculla muerde entre dientes su rabia y desaprobación. Pero me llega, ese mensaje real que huele a llanto de incomprensión... Durante mucho tiempo he callado y sigo haciéndolo. Tan sólo puedo decir: "Pobre diabla", aquí en estas líneas porque nada más voy a hacer. Pero sé, me lo dijo el viento, que habla de mí sin abrir la boca y dice de mi persona todo lo que puede porque en el mundo imaginario que ha creado, que cree y en el que vive, yo no encajo. Porque no me rindo a lo que quiere: pobre diabla.
Hay gente a la que le das lo mismo que a los demás, a la que tratas con más cariño y atención todavía porque sabes que la requieren, que es su carencia. Y esa gente, a la que le dedicas más porque respiras que les hace falta, son los que cuando se sienten medianamente fuertes, se retuercen y focalizan su rabia en contra tuya. Yo no tengo tiempo que perder. Hace ya tiempo que me manejo entre muchos amigos y una gran cantidad de gente que me quiere, y aunque no me gusta que haya gente a la que le guste menos, entiendo que a todos nos pasa. Y, de verdad, teniendo tanto tiempo que dedicarle a gente que merece la pena: ¿para que desviar la atención y responder a los dardos envenenados que te lanzan los que nada bueno te desean?
En definitiva: me llegó el mensaje, ¡captado y recibido!, subrayado con su rabia de ser mejor que los demás y creerse en la posesión de poder decirnos a los demás lo que le place, porque tiene por fortuna que ella siempre dice, que ella siempre dispara. Pobre diabla.
Alguien pensará: si no te hiriesen sus dardos, no escribirías... Ya dije que vengo a vomitar, a decir lo que pienso de esa pobre diabla, que puede ser cualquiera... Y que habla mi pena, no mi rabia. Lo siento pero no puedo perder tiempo con la gente que no quiere dedicarme uno pequeño en sus vidas, un rincón en el alma o lo que es peor, que me lo dedican para desearme cosas que yo sería incapaz de desearle a nadie.
Ese tipo de gente es dañina, no me sirven, no me ayudan, no me acompañan... Esas pobres diablas, seguirán solas por la vida, pensando que somos la culpa de todos sus problemas y el remedio de ninguno de sus males. Y lo que es más lamentable: pensando que ocupan con su odio un espacio en nuestras vidas... Y no es así. Pobre diabla.
De vez en cuando escucho o leo, me rebotan palabras que llegan de lejos y que casi siempre te traen otros o te dejan en forma de indirecta escritas sobre la mesa. Por lo general, como nunca he sido de injusticias, me rebelo en armas y salto a la defensa a ultranza de mí o de los míos. Pero también es bien cierto, que tal y como me vengo haciendo mayor, me vengo haciendo silencioso y me vengo en mis calladas. Y así, lo que antes era pólvora y fuego, acercar el mechero a la gasolina que digo yo, ahora mastico las cosas, las digiero y las rumio...
Me encontré una vez más con un mensaje de esos lanzados al vuelo y que te trae el viento. Es un mensaje real, aunque entiendo que quien lo masculla muerde entre dientes su rabia y desaprobación. Pero me llega, ese mensaje real que huele a llanto de incomprensión... Durante mucho tiempo he callado y sigo haciéndolo. Tan sólo puedo decir: "Pobre diabla", aquí en estas líneas porque nada más voy a hacer. Pero sé, me lo dijo el viento, que habla de mí sin abrir la boca y dice de mi persona todo lo que puede porque en el mundo imaginario que ha creado, que cree y en el que vive, yo no encajo. Porque no me rindo a lo que quiere: pobre diabla.
Hay gente a la que le das lo mismo que a los demás, a la que tratas con más cariño y atención todavía porque sabes que la requieren, que es su carencia. Y esa gente, a la que le dedicas más porque respiras que les hace falta, son los que cuando se sienten medianamente fuertes, se retuercen y focalizan su rabia en contra tuya. Yo no tengo tiempo que perder. Hace ya tiempo que me manejo entre muchos amigos y una gran cantidad de gente que me quiere, y aunque no me gusta que haya gente a la que le guste menos, entiendo que a todos nos pasa. Y, de verdad, teniendo tanto tiempo que dedicarle a gente que merece la pena: ¿para que desviar la atención y responder a los dardos envenenados que te lanzan los que nada bueno te desean?
En definitiva: me llegó el mensaje, ¡captado y recibido!, subrayado con su rabia de ser mejor que los demás y creerse en la posesión de poder decirnos a los demás lo que le place, porque tiene por fortuna que ella siempre dice, que ella siempre dispara. Pobre diabla.
Alguien pensará: si no te hiriesen sus dardos, no escribirías... Ya dije que vengo a vomitar, a decir lo que pienso de esa pobre diabla, que puede ser cualquiera... Y que habla mi pena, no mi rabia. Lo siento pero no puedo perder tiempo con la gente que no quiere dedicarme uno pequeño en sus vidas, un rincón en el alma o lo que es peor, que me lo dedican para desearme cosas que yo sería incapaz de desearle a nadie.
Ese tipo de gente es dañina, no me sirven, no me ayudan, no me acompañan... Esas pobres diablas, seguirán solas por la vida, pensando que somos la culpa de todos sus problemas y el remedio de ninguno de sus males. Y lo que es más lamentable: pensando que ocupan con su odio un espacio en nuestras vidas... Y no es así. Pobre diabla.
martes, 12 de febrero de 2013
11 DE FEBRERO
Necesito escribir. No sé si lo necesito o quiero. Pero necesitaba cerrar este día, lunes, con unas líneas. Las cuentas del blog no salen. En doce días de mes no hemos llegado ni a 300 visitas. Y eso es el mejor indicador de que yo no estoy cumpliendo... Y tengo que cumplir. Tengo que cumplir, ahora más que nunca.
Acabo de ver la final de "Tu cara me suena". Ha ganado Roko porque a veces en las pelis no ganan los malos y ganan los que tienen que ganar. Es fantástico. Hoy es doce de febrero, pero me desperté siendo lunes y 11. El 11 de febrero, por alguna extraña razón, tiene fuerza en mi calendario vital. Papá y mamá creo que abrieron la tienda tal día como un once. La Lina partió de viaje a los cielos un 11 de febrero... Y, hoy, lunes, no han parado de pasar cosas para recordarme que es un día señalado.
Hace frío. Anoche me acosté con la sensación de que ésta era la noche más fría del invierno. Ahora, el pie apoyado sobre el suelo está helado y me quiebra aún más la sensación de que este blog se deshiela. No por querer, por falta de atención. Necesito enfocar. Enfocar de nuevo la vida. O parte de ella.
Me desperté y pasé la mañana en casa, haciendo poco o nada de lo que tocaba. Fregué con Pepa al teléfono y nada más. Con Mabel hablé algo, poco. Me dice Mabel que hable lo que tenga que hablar y le digo que la única manera de no preocuparme en estos momentos es el silencio. Y abogo por él. Porque tengo otras razones que llevar adelante, que tampoco sé a ciencia cierta cuáles son porque no las enfoco. Como debo. Como corresponde. ¿Como me apetece? Pues eso es lo más básico. Lo que me apetece y lo que no. Y sigo renunciando...
El silencio continuo cae como copos sobre la nevada tejada. Y apartado del viento siento que me apetece la palabra y el verso loco. Pero me encierro en mí e imagino de nuevo, y pienso, recorto y pego. Y cuando lo pienso, realmente, sé que no es mi mañana. Pero cae la nieve. Y tengo la sensación de que tan sólo necesitaría pasear por encima del tejado nevado. Blanco, como mi ayer. Como el recuerdo que mantiene vivas ilusiones y desesperanzas...
Me pasó aquello de pensar en alguien y no escribirle y que a la noche me escribiera. Cuando realmente no lo esperaba. Y pensé que era el 11 de febrero, que me marca siempre perplejo ante el espejo. Mientras escribía unos versos contrarreloj para la falla del Mercat, encargo de madrugada. Y ahora que ya los envié, quise escribir. Escribir por dejar constancia de mi último 11 de febrero, que ya fue ayer.
Comí entre aromas y promesas de mañana. No me dejé llevar por el sueño, que me embriagaba frente al televisor y acudí a la sede porque a las seis teníamos reunión de Ejecutiva. Nos reunimos.
Han venido hoy a mí recuerdos del pasado con sabor a libertad: la que los necios no tienen. La que les negaron a los atormentados, las que ahogará a quienes hacen del mal su espada para ir derrotando a los demás.Y ha venido por la noche, de evitar soles y lunes, de evitar secretos, de evitar esperas, un mensaje que me sorprendió y que me hizo pensar las puertas que se abren.
Hoy me voy ya. Con mi 11 de febrero enterrado. Con una entrada que sabe a versos. A versos en la boca. Pero que me apetecía escribir... No sé si siguen vuestros ojos lectores al otro lado del cristal mirando cómo se caen las hojas en este invierno. Probablemente este febrero no tendré tantas visitas como otros, o como otros meses. Pero me están empezando a pasar cosas que harán que algunas cosas empiecen... Aunque ya no serán este 11 de febrero.
____
Posdata para la Historia: el Papa Benedicto XVI renunció hoy 11 de febrero a su cargo.
Posdata para la Histeria: las guerras, no las batallas...
Posdata para la :Fortuna: aparece. De repente. Cuando no se espera. Y entonces enamora más... ¡Oh, fortuna!
Acabo de ver la final de "Tu cara me suena". Ha ganado Roko porque a veces en las pelis no ganan los malos y ganan los que tienen que ganar. Es fantástico. Hoy es doce de febrero, pero me desperté siendo lunes y 11. El 11 de febrero, por alguna extraña razón, tiene fuerza en mi calendario vital. Papá y mamá creo que abrieron la tienda tal día como un once. La Lina partió de viaje a los cielos un 11 de febrero... Y, hoy, lunes, no han parado de pasar cosas para recordarme que es un día señalado.
Hace frío. Anoche me acosté con la sensación de que ésta era la noche más fría del invierno. Ahora, el pie apoyado sobre el suelo está helado y me quiebra aún más la sensación de que este blog se deshiela. No por querer, por falta de atención. Necesito enfocar. Enfocar de nuevo la vida. O parte de ella.
Me desperté y pasé la mañana en casa, haciendo poco o nada de lo que tocaba. Fregué con Pepa al teléfono y nada más. Con Mabel hablé algo, poco. Me dice Mabel que hable lo que tenga que hablar y le digo que la única manera de no preocuparme en estos momentos es el silencio. Y abogo por él. Porque tengo otras razones que llevar adelante, que tampoco sé a ciencia cierta cuáles son porque no las enfoco. Como debo. Como corresponde. ¿Como me apetece? Pues eso es lo más básico. Lo que me apetece y lo que no. Y sigo renunciando...
El silencio continuo cae como copos sobre la nevada tejada. Y apartado del viento siento que me apetece la palabra y el verso loco. Pero me encierro en mí e imagino de nuevo, y pienso, recorto y pego. Y cuando lo pienso, realmente, sé que no es mi mañana. Pero cae la nieve. Y tengo la sensación de que tan sólo necesitaría pasear por encima del tejado nevado. Blanco, como mi ayer. Como el recuerdo que mantiene vivas ilusiones y desesperanzas...
Me pasó aquello de pensar en alguien y no escribirle y que a la noche me escribiera. Cuando realmente no lo esperaba. Y pensé que era el 11 de febrero, que me marca siempre perplejo ante el espejo. Mientras escribía unos versos contrarreloj para la falla del Mercat, encargo de madrugada. Y ahora que ya los envié, quise escribir. Escribir por dejar constancia de mi último 11 de febrero, que ya fue ayer.
Comí entre aromas y promesas de mañana. No me dejé llevar por el sueño, que me embriagaba frente al televisor y acudí a la sede porque a las seis teníamos reunión de Ejecutiva. Nos reunimos.
Han venido hoy a mí recuerdos del pasado con sabor a libertad: la que los necios no tienen. La que les negaron a los atormentados, las que ahogará a quienes hacen del mal su espada para ir derrotando a los demás.Y ha venido por la noche, de evitar soles y lunes, de evitar secretos, de evitar esperas, un mensaje que me sorprendió y que me hizo pensar las puertas que se abren.
Hoy me voy ya. Con mi 11 de febrero enterrado. Con una entrada que sabe a versos. A versos en la boca. Pero que me apetecía escribir... No sé si siguen vuestros ojos lectores al otro lado del cristal mirando cómo se caen las hojas en este invierno. Probablemente este febrero no tendré tantas visitas como otros, o como otros meses. Pero me están empezando a pasar cosas que harán que algunas cosas empiecen... Aunque ya no serán este 11 de febrero.
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Posdata para la Historia: el Papa Benedicto XVI renunció hoy 11 de febrero a su cargo.
Posdata para la Histeria: las guerras, no las batallas...
Posdata para la :Fortuna: aparece. De repente. Cuando no se espera. Y entonces enamora más... ¡Oh, fortuna!
miércoles, 6 de febrero de 2013
LA LLAVE EN LA PUERTA DEL PATIO
Voy a tope. No paro, como sabéis que me gusta ir siempre. El lunes por la mañana fui a conocer a Vega, que llegó este fin de semana, el día 2, para alegrarnos y completarnos la vida. Vi a Aure con su sonrisa de recién madre, dándole el pecho a la pequeña, Ricardo con el aspecto de padre recién coronado y su madre al lado disfrutando, calculo, en silencio de la vida de las abuelas. De las abuelas recién coronadas. Nos pusimos al día, Vega durmiendo entre las mamas de su mama, y los demás pues poniéndonos al día de la recién buena noticia. Entre las anécdotas, una que quedará para la historia: entrevisté a Aure y Ricardo en el wáter de la Quirón como los padres de la fallera más joven del día para las piezas nuevas, esos "Trons d'avís" que suenan ya en la 97.7 Fm... ¡Y más cositas que sonarán, espero, no a mucho a tardar! Me fui a la radio, edité el material y lo dejé para inaugurar una sección en la que me siento además muy cómodo.
Por la tarde me dediqué al partido, con reunión de grupo y comisión de Interior. Y al salir, salté a casa, preparé un sandwich y me fui con Manolo a cenar a Santa María Micaela donde la Federación de Ingeni i Gràcia tenía reunión. Cenamos, conversamos y nos vinimos a casa. Abrí la puerta del patio con la sensación de que el día había estado cargado de trabajo. Me gusta. Me cansa, pero me gusta. Y caí, mirando un libro de recetas sobre el sueño de mi colchón.
Ayer me levanté como correspondía y me puse a hacer y a deshacer. Al medio día comí en el Cuinarte, llegué en taxi escuchando la entrevista a Aure y Ricardo, quedó muy chula, y empecé con una crema de Puerros, Miguel Ángel de Corona y Estela de Azcárraga. Conversamos,propusimos metas y planeamos. Que es lo que nos gusta. Hacía día de fallas, esto es algo que los falleros decimos mucho.
Me fui a la falla y pinté los ojos distraídos de la mucama fallera. Me recogió Javisanz en la calle Cádiz y nos fuimos al taller de Sergio Alcañiz que tiene un medidor distinto de miedos, lo cual es genial. Conversamos, planeamos y cayó la noche... Como tenía comisión de Urbanismo me dejó Javi en la avenida del Cid, pasé por casa a enviarle bien a Acosta los últimos diseños maquetados y me fui al Ayuntamiento. Comisión y metro, calle Xátiva, recorté por Castellón y en la Gran Vía seguí con un cansancio absoluto hasta la falla. Tomé vino con Manolo en El Camerino. El día también se le hizo largo: el mío por igual. Y nos pusimos al día como acostumbramos. Cenamos en la falla, gran trouppe, y nos pusimos a planificar lo poco que queda ya de falla por hacer y de días por tener. Contrarreloj, me vine a casa, y abriendo la puerta del patio pensé: qué cansado estoy. Cómo me cunden los días. Que no paro... Y que voy a parar menos.
Miércoles. Menú currado. Marmitako. De entrantes, ensalada a la mostaza con anchoas y crujiente de patata con tomate y bacalao. Venían Rosa y María Jesús a casa a comer. Comimos, charramos y nos pusimos al día. Tengo la fregadera por hacer. La tarde se me ha perdido en escribir dos cosas, dos conversaciones cortas de teléfono y salto ya para la comisión de Cultura. Luego programa en la tele y calculo que cena para rematar el día... Tengo una sensación: cuando vuelva a casa, creo que meteré la llave en la puerta del patio y pensaré lo cansado que estoy... Y mañana, a las diez, Manolo me ha dicho que me recoge... El caso es no parar en casa.
domingo, 3 de febrero de 2013
TRES DE FEBRERO
Digo tres, pero podrían ser treinta y tres. Cansado sería algo. Se acaba el domingo y el lunes se me hace cuesta arriba porque lo tengo ya, casi todo atadísimo a mil cosas por hacer. El viernes estuve en el homenaje a Gori que le dio la falla de Salvador Giner, acompañando a Félix Crespo, con quien cruzamos alguna conversación el viernes. Hablé también con Miguel Ángel Pérez, presente por cuestiones polvoriles en el festín y con Tatín que andaba en aquello por, obviamente, lo mismo. Crucé la calle Mayor, buscando un cajero donde las comisiones no fueran el atraco al que nos hemos acostumbrado y con un taxi me planté en la calle Cádiz. Vinito blanco, urgente, con Manolo y demás de la falla en el Camerino. Y a las diez menos veinte me recogió un taxi que me llevó a Radio 9. Tuvimos una tertulia joven, con actualidad, que comentamos con urgencia. Salimos de allí, hablamos algo en la calle y nos regresamos a Russafa en el coche de Ali. Mabel y yo pasamos por la falla y nos fuimos a tapear a La Estrella. Nos dimos un festín y regresamos a la falla. Tertulia de políticas y sobres, manifas y primaveras antes de irnos a Cyrano. Mano a mano: Pere, Mabel y servidor. La noche se alargó con Gueguel y Luis en el Ochenta y Pop. Y con Raquel y Pablete que, llegando la mañana, me llevaron a casa.
Me acosté y me desperté. Me organicé el día intentando hacer algo de provecho. Comimos en casa de mi hermana, con mis padres y Edurne, a quien intenté explicarle algo de llengua, porque mi pequeño tesoro tiene sus exámenes el lunes por la mañana, mañana mismo, vamos. Y me fui a casa a hacerme una siesta para resarcirme de la falta de sueño que arrastraba.
Me levanté, me fui a Clero a grabar mi primer repor para la 97.7, mis "Trons d'avís" para darle colorín fallero a los informativos de la radio y acudimos al casal de San Valero donde las Falleras Mayores se curraron, y lo digo de nuevo: se curraron, una fiesta por todo lo alto para exaltar a los presidentes ruzafeños.
La noche fue una fiesta en toda regla, con muchos amigos que vinieron a compartir. Me gusta. Nos fuimos en nada al Cyrano con Javisanz e Ignaciogarcíavalero. Me encontré con Patri Borrego, que hacía mil no nos veíamos y en poco tiempo dos veces, suele pasar, y regresamos al casal hasta que se cerró la fiesta en mitad de una canción de Nino Bravo. Nos fuimos a Cyrano definitivamente, pero el cansancio bajonero ya lo había dado todo de sí. Y, entre fríos, nos dimos unas risas. Con Javi buscando a Guillermo, y Guillermo yéndose a dormir.
Me acosté más pronto que otras noches, porque hoy seguíamos, como toca, aún siendo domingo. Y al despertar, la sorpresa. Un mensaje en el whatsapp: bienvenida Vega. Aure me presenta a mi más reciente sobrina. Nació ayer. Y además me sorprendo pensando que ayer imaginé que igual no llegábamos a este lunes que le marcaron los médicos, porque no me contestó a un mensaje. Y acerté, vaya que sí acerté. Ahora me escribe Aurelia. Ayer le puso el pijama que le trajeron en mi casa. Qué bonito... Cosas bonitas. Y pienso que llegó Vega y con ella un nuevo "personaje" a nuestras historias, que la pequeña personita con quien mañana me encontraré, viene para acompañarnos y reír con nuestras risas y llorar con nuestras penas. Y que, de verdad absoluta, es una alegría que nos viene tan bien.
Con las prisas de llegar salté a la calle. Cogí un taxi, llegue a la falla y me cambié. Me vestí de torrentí y a casa de los abuelos de Yajaira, y con su madre en coche, al Palau de l'Exposició al intercambio de fotos. Quedan 40 días para fallas. Se nota. Se siente. Se presiente, que es lo peor. Acabamos y me cambio de nuevo en el casal. Me voy a comer arroz del senyoret con Javi, Noe, Guillermo, Rosa, Cris, Noemí y Marta en el casal de Clero y regreso enseguida a la falla para darle a los pinceles y ponernos con la falla.
He acabado en la falla cerca de las ocho de la tarde y me he venido con mi autobús a casa. He comprado el periódico que no he leído, las papas que no he comido, no he podido descargar la grabación para prepararme el primer embolado de mañana en la radio y he dejado que se me acabe el domingo sin darme casi cuenta de que mi dolor de garganta, continúa.
Voy a tomarme un ibuprofeno y a dormir. Mañana tengo mucho que hacer. Muchísimo. Y llega un momento que ya no sé ni cómo organizarme. Pardiez, y eso que sólo estamos en febrero... En tres de febrero, por lo que dicen. El día en que conocimos a Vega.
viernes, 1 de febrero de 2013
ENTRAMOS EN FEBRERO
El uno de febrero, desde que tengo conocimiento, es de mi Kone. Es su cumple, aunque yo me empeñara en cambiarle el día como he hecho siempre con Álvaro y su papá, José. Empeños personales contra los que ya poco puede hacerse.
Empezamos mes, miro atrás y enero ha sido un suelo firme sobre el que se van construyendo pilares que fortalecerán este año. No me he parado a repasar fielmente cada día o cada noche. Recordaría así por encima el principio de año, en el pasillo que olía a chimenea, buscando el móvil y leyendo, contestando, a mensajes. Recordaría Cyrano y sus cambios convulsos. Recordaría la falla, empapelando y lijando a destajo, intentando trazar el llibret de este año y cerrando proyectos para la radio que ya han llegado y que hoy ya os comento.
Desde el lunes próximo estaré en la 97,7 cada día, en los informativos haciendo algo nuevo y que ahora, hoy, empieza a sacudirme por dentro por ser algo nuevo. Vienen muchos proyectos, muchas ideas, y lo que no se va es esta gripe mocosa agarrada a la garganta. Y otras cosas. Anoche tuve pleno en el ayuntamiento y rematamos Antonio, Pepa, Nuria y yo cenando en McDonalds en una noche fría para mi cuello y caliente para mis recuerdos. Tiramos de remember y recordamos cosas que parecían ya enterradas. Pero que ya no duelen.
Comencé la tarde en el entierro de la madre de Lola, de ahí a grabar a la radio, comenzaba en el "Soroll i festa" de la 97.7 y corriendo a la Junta General de Nemasa y al pleno. La semana se me ha ido volando, como se me van casi todos los días. Ahora zenaré algo con un par de amigos en la sombra y a la noche en la falla, si no cambio de planes, que no creo. Cayó sobre mi agenda un vaso de cocacola que parecían dos litros y aún anda secándose, mientras yo sigo pensando cómo reorganizar mi futuro más cercano que huele a actividades múltiples.
Ayer me dijeron que hay algunas personas que me tienen celos: yo no sé lo que son los celos, lo dije. Tengo mil defectos, pero el de los celos, el de los celos enfermizos, tiene que ser uno de los más duros de sufrir y de resistir. Como de quien me hablaron, no tengo mayor apego, yo sigo por mi caminito de San Fernando, y voy ratitos a pie y otros voy andando...
El caso es que sin darnos cuenta se nos ha caído el primer mes y entramos en el más corto. Tendremos que hacérnoslo mirar. Desde luego. Yo, por si acaso, entro como acostumbro y más me gusta, celebrándolo en la distancia con mi Raquelita del mundo, que cumple añicos hoy. Mirar al lado y saber que sigue es fantástico, porque en resumen, significa que vamos haciendo la vida juntos. Yo que no olvido sus pecas y ella que no olvida que no voy a verla. Yo que le prometo que iré cuando mi vida sea más tranquila y ella tranquila porque sabe que yo en la vida siempre cumplo las promesas. Y así, uno y otra, echándonos a raticos de menos, nos escribimos de vez en cuando y nos decimos las ganas que tenemos de vernos. Nuki del alma, de mi corazón. Besos y muchas felicidades.
Me voy a la ducha o llegaré tarde a la comida, y tengo la puntualidad en horas altas... No habrá que fallar, digo yo. Feliz viernes. Se os quiere.
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