sábado, 31 de enero de 2009

DE AMORES EL PRIMERO, DE LUNAS LAS DE ENERO...

Enero, se va. El primer mes de 2009. Del año impar, del año del karma. Empecé este mes enfermo del virus y acabo muerto de cansancio, de vida social y jolgorio. De no parar, que es lo mío. Ya pararé madre el día que paremos.

Enero se va en positivo, en balance de colores. Comenzó con lluvia y amigos en Granada y acaba con lluvias en Valencia y conmigo delante de un ordenador haciendo balance del cansancio y de no haber parado nada. De nada. Si el blog se ha resentido algo, lo siento. Será culpa del facebook, muy probablemente.


Enero ha sido la cabalgata de Reyes con Edurne y el primer cumpleaños con Álvaro. El viaje a Londres con mis padres, una experiencia fantástica. La comida en casa con María, José y Aurora. El reencuentro. La fuerza. El subir. El temperamento. El regreso a mí: la comida con Maite, Ángeles y Unai... La risa. Las muchas risas. La noche de las pizzas, con Jose y con Moncho. Las madrugás, como las de Sevilla. El muffin de chocolate en la plaza del Ayuntamiento. Pons y mis nuevas amistades: que me dáis la vida. Me quedo con September sonando en el taxi. Me quedo con nuestra conversación sobre ropas, roperos y comidas... Los amigos de siempre. Los nuevos. Me quedo con tu mensaje: feliz matrimonio. Esto es enero.



Me quedo con la comida y el paseo, con la tarde de compras, con las risas cantando en el coche. Me quedo con la gente que ha venido a este 2009, con la que he recuperado y con la que siempre estará. Porque con vosotros he vivido tan a gusto este inicio que la carrera será rápida pero sin cansancio. Seguro.



Me quedo con Álex haciendo turismo por la calle Colón. Me quedo con los planes de Alicante. Y Sevilla. Con un mensaje que me envía a Tailandia y que me recuerda tanto al año pasado y a la India y a aquellos recuerdos que aún son míos hoy y muy vuestros. Me quedo con los cumpleaños de mis amigos, primerizos de enero y esperando que sea la hora para darle la bienvenida a febrero con el de la Kone. Me quedo con el descanso. Y con las horas de lectura. Me quedo con los primeros libros del año.



Me quedo con el capuccino en Covent Garden. Y me quedo con el momento en que, cogidos de la mano, Ángeles y yo recibimos nuestro premio. Este enero anuncia año movido y de movimientos. Yo ya me he movido, sobre mí mismo: a buscarme de nuevo. ¡Y estoy tan satisfecho! Tan tan satisfecho que enero se me ha ido casi sin darme cuenta...

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