martes, 19 de diciembre de 2017
TARDE O TEMPRANO
Me ha dado una pena horrorosa, con menos excesos que en la juventud, pero terrible al fin y al cabo. Sosegada. Pero dada. Cuando he entrado en el blog y he repasado los miles de años que nada publico. Cuando he visto que éste será el año menos prolífico de la escritura del alma, de los pasos cansados, de las ilusiones de futuro, de la esperanza (ya no rota). Me hice mayor y los cargos se convirtieron en cargas, pesadas losas que fueron cambiando aquello que fuimos. Y tengo la esperanza y la sensación de que fueron para bien. Vivo tranquilo, duermo sereno - ya es mucho, tanto - y revivo poco fotos ni recuerdos. Me busco de nuevo, como siempre, en constante inspiración, con estos cuarenta agosteros que sirven de muleta para caminar y para capear lo que venga. Y yo, tranquilo. Sin parar nada. Las agendas tienen hoy hojas de excesos. Y dejo de escribir ya, para salir volando. Pero regresé. Porque tocaba. Tarde o temprano iba a regresar al blog... de estas hojas más perdidas que nunca.
miércoles, 28 de junio de 2017
¡NOS EMPUJARON A LAS TRINCHERAS!
¡Nos empujaron a las trincheras! Sé lo que quiero decir. Y quiero decirlo. Lo que no sé es si acertaré en cómo hacerlo... Me apena brutalmente todo lo que está pasando en las fallas. Quienes me conocéis sabéis que me apasiona más mi yo fallero que el político, porque puse el corazón en lo primero y la cabeza en lo segundo. Nunca he mezclado ambas cosas. Nunca. Porque nunca me ha gustado que lo hiciera nadie que ame esta fiesta... Pero es inevitable. Si callas, consientes. Si hablas, pecas. Les gustas a los tuyos y los de enfrente se revuelven... ¡Nos empujaron a las trincheras! ¡Qué pena! Ayer mismo discutí con un amigo. Me dolió que me acusara de cosas que sé inciertas y le pregunté si de verdad quería que "yo entrara a politizar las fallas"... Me ha sorprendido como dos comentarios míos en face - la definición de grotesco y el de ayer de Tejero - han valido para que algunos se borraran de mi face. Cierto es que han pedido amistad muchos más, pero tendemos a mirar esas pequeñas cosas que aparecen como piedrecitas en el camino. ¿De verdad creen que si quisiera hacer daño dos chistes es lo mejor que tengo? ¡Tan peligrosa es el arma del humor! En fin... Dos se fueron, dos a los que no les gustó lo que dije. Pero lo que es peor: lo que no les gustó fue que hablara. Les gustaba estar en mi face si yo callaba; pero, si digo algo, aunque sea con sorna y humor - esta fiesta iba de eso ¿no? - saltan por los aires porque tendré alguna intencionalidad política para hacerlo... No lo dude nadie: si algún día tuviera otras intenciones que no fuera defender esta fiesta, daría un paso adelante y lo haría público. Me educaron para ser honesto, leal y justo. Yo no soy una rata que corre a tirarse del barco cuando vienen mal dadas ni que coleguea con el poder, lo tenga quien lo tenga, por el simple hecho de sentirme alguien... Y yo, que siempre he intentado ser equilibrado y comedido, necesito hoy decirles que si se fueron, tengan buen viaje... ¡Me gusta la vida! Pasa rápida y tiene mil cosas maravillosas como para quemarlas con gilipolleces. Reconozco que soy peculiar y que siempre he sabido buscar esa parte diminuta y especial que tiene la vida, para exprimirla. Pero nadie puede aspirar a que para sentirse feliz yo tenga que callar siempre. Porque en el momento en el que dices poco, sacan a relucir tu carné si lo tienes o te ponen el que más interese... ¡Nada cambió señores! Los que ayer llamaban sin complejos borracha a Rita hoy se rasgan la fina piel que les cubre porque les llueve finamente. Y su moral, esa con la que tantas lecciones nos dieron, se mudan hoy a ser la excusa con que defenderse de todos los ataques que tienen y los que imaginan. Algunos saltan a justificar todo cuanto en privado te dicen que no tiene razón de ser, solo porque el amo vea que su voz se extiende... Y, la mayoría de las veces, cuando la lluvia es algo más fuerte, corren a esconderse sin avisar al amo porque aquí cada uno tiene que guardarse su propia espalda... Pasó siempre. Pero no todos lo hicimos ni lo hacemos. De pena. Las varas de medir se hicieron más pequeñas y lo que ayer era una chirigota hoy es una proclamación de guerra fraticida. ¡No me esperen! Ni los moros ni los cristianos... Ahí no, en ese ruido, no. Pero tampoco pretendan que calle siempre. Me cansé. Porque otros pueden decir lo que quieran y los demás respetamos. Y otros, en cuanto sacamos las palabras a pasear, nos encontramos con un sinfín de reproches que alguien debería de decírselos a su espejo. Siento si esperaban ustedes que yo fuera un fascista que no acepta el diálogo. Siento si les rompí su sueño de no pisar el charco que todos esperaban que pisara. Disculpen si me siguió pesando más la Fiesta que las personas que la habitamos. Y perdonen si me gusta vivir. Pero no pienso hacer otra cosa... Sigan con sus ruidos, sus miserias, sus pobrezas, sus venganzas, sus temores, sus aspiraciones y sus mamoneos... Sigan borrándose de mi facebook si no les gusta leer esto, pero es lo que siento. Y lo que siento, me pertenece. Es mío. Y tengo derecho a vivirlo... Y a compartirlo con quienes sí quieran seguir conmigo. No compartiendo lo que digo, me basta con que lo respeten. Que es lo que yo hago.
jueves, 20 de abril de 2017
UN GRAN DÍA
Hace 16 años, una mañana, puse una canción en el ordenador: "Hoy puede ser un gran día". La cantaban Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos y Serrat. Tomé una decisión y salí a la calle."Pelea por lo que quieres y no desesperes si algo no anda bien, hoy puede ser un gran día..." me cantaba mientras caminaba por la calle cantando con lo decidido a cuestas. Y cambié parte de mi vida. Bueno, cambié mi vida. Porque sin aquella mañana, sin aquella canción, sin aquella cosa decidida, sin aquel salir a la calle hoy no estaría donde estoy. Puede que estuviera mejor. O peor. Pero no estaría donde estoy, y estoy muy satisfecho de haber llegado hasta aquí. Os cuento esta historia porque hoy al despertar, escribí, leí, hablé... pero me puse una canción. Y después otra. Y luego otra.
Y al venir al trabajo, encendí el ordenador, y puse "Hoy puede ser un gran día". De manera inconsciente, porque no lo decidí. Y recordé aquella mañana calculo de un otoño de 2001 ya tan lejano en que tomé decisiones... Hoy sé que también he tomado decisiones. Siempre he sido una constante ebullición donde se almacenan cosas que dejan poso y que hierven siempre. Ahí estaban haciendo su camino. Hoy sé que he dado otros pasos... Desde hoy intuyo que tengo un nuevo punto de inflexión, que viramos de nuevo, que cambiamos... No sé hacia adónde. Bueno sí, hacia lo que tenga que venir. Y calculo que pasarán otros dieciséis años. Y cuando una mañana el estómago y el corazón me pidan escuchar esta canción - que hoy ya ha sonado dos veces - pensaré en el día de hoy y diré: hemos llegado hasta aquí.
Tan solo espero seguir estando orgulloso del camino, satisfecho del pasar por la vida...
lunes, 27 de marzo de 2017
ÉCHALE TEATRO
Hay pasiones secretas y otras que se comparten. Delirios inconfesables que te rasgan por dentro. Arranques vehementes que te sacuden y te hacen vivir... Feliz #DiaInternacionalDelTeatro
domingo, 5 de marzo de 2017
LA EXTRAÑA VOLUNTAD
Elegimos los caminos del olvido porque siempre parecen que son los que cansan menos, los que atajan el pesar más privado. Se diluyen las sensaciones y los sentimientos, casi siempre, tal y como somos capaces de ir haciendo y deshaciendo paseos entre el alma y el corazón. Y aplicamos el día de mañana y el que pase y el otro como bálsamos contra la memoria a base de desgastar el tiempo corriendo sus manillas contra la propia capacidad de recordar. ¡Imponerse el olvido cada día como una meta para superar el recuerdo al que se vuelve siempre! Siempre he pensado que soy capaz de elegir mis cielos y mis caminos, mis vientos y mis silencios. ¡Pero no! Acabo imponiendo un descuidado olvido a cosas que reviven enseguida y que me dejan agarrado a este yo que no soy yo y que se impone. La extraña voluntad. Yo quise. Quiero. Pero me revuelvo en el "querré" porque a menudo lo dejo de lado, como si no me preocupara ya nada... Cuando vuelve una y otra vez. Recuerdo detalles, palabras, momentos, sueños... que se asfixian sin el oxígeno de la memoria. Y creo que los ahogo, pero quedan escondidos hasta que, con rabia, el destino nos los devuelve. Recuerdo mil y una cosa como olvido las más sencillas, las que son mías y me hicieron a mí. Pero soy incapaz de arrancar por siempre penas dormidas y los dardos ajenos como me es imposible extirparme esa sensación de lo inacabado y lo impropio. Lo que no depende de mí aunque me ocupe por completo. Y sí, duelen los desprecios como el engaño, la indiferencia como la farsa... Claro que duelen. Y esa sensación desgarradora que te hace caminar triste... y regresar de nuevo al olvido. A la voluntad de olvidar como único escudo de protección, como sola medicación contra la pena, como arma para defendernos de lo que no podemos elegir porque nunca podremos alcanzarlo...
miércoles, 1 de marzo de 2017
GRACIAS
Gracias. De corazón. Porque cada uno sabemos qué llevamos en nuestras vidas y a mi corazón le hacía falta esta alegría. A mí ilusión, este empujón... Gracias. ¡Qué se pare el mundo!
Gracias a todos y cada uno de los que os apellidáis Noscarmientas, porque sois la familia más brutal que podía tener en este mundo de locos. Gracias por creerme, empujarme, ayudarme, decir siempre que sí, respetarme y caminar conmigo... Gracias por vuestra lealtad y fiel apoyo. ¡Orgullo es poco! Si esto está aquí es porque sois el mejor equipo... El mejor. Gracias. Mil veces.
A ti: enhorabuena Ángeles. Y gracias. Porque sabes lo bien que me viene este premio... Y éste es compartido: yo sin ti no sé pisar un escenario. Gracias por todo lo que me enseñas (y gracias por todo lo que me aguantas). Aunque tú seas así, yo no es que no sé ser de otra manera...
A la gente que viene, que nos acompaña y que nos quiere: gracias. A los que me quieren tanto: Gracias, yo no sé cómo devolverlo. Y dejarme que diga solo una cosa más: estoy feliz y emocionado. Agradecido y más ilusionado. De corazón.
Si no fuera por la gente de mi falla esto no existiría... Este premio es de todos y cada uno de vosotros.
Y voy a pediros algo que no he pedido nunca: me gustaría el día 17 al recogerlo, vayamos todos los que podamos ir, más que nunca y como siempre juntos. Quiero recogerlo con mi gente. Y esos sois vosotros. Os quiero.
domingo, 26 de febrero de 2017
LA SONRISA DE PABLO
Cierro un fin de semana eterno. Vengo de un programa de televisión que salió aún mejor de lo esperado. Feliz. Y de una cena en Fosters con la que reír y desoxigenar. Respirar. Y de un metro nocturno... Estos días hubo de todo. Y sí, entre tanto ruido de fiesta, tengo una imagen que no me quito de la cabeza: la sonrisa de Pablo; el muchacho que ha fallecido tras convertirse en un héroe por la donación de médula. Vengo de unos días en los que he tenido de todo: en los que sufro de gripe y me sacudo por mi vida pública, me enveneno por la fortaleza que tiene un mediocre cuando se cree poderoso o me rebela la simpleza del que te abandona porque no le dices lo que quiere oír. O por la tristeza que me da seguir arrastrándome en el lodo de las personas tóxicas,... ¡Por mil cosas! Esas cosas que me hacen gris... Y cuando veo la sonrisa de Pablo pienso una y mil veces lo mismo: vivió. Nos hacen falta héroes de esa categoría para entender qué es la vida, para prometernos que no nos volveremos a dejar arrastrar, para decidir cuál es la vida que queremos y pelear por ella... Tengo miles de personas que me quieren y quiero alrededor, y a veces el ruido de una mosca me hace mirar hacia otro lado. Tengo mil ilusiones que contagiar, y a veces me hago barro con los sudores de otros... Tengo mil batallas por ganar y a veces me derroto solo, cuando me quitan los colores. Tengo cien que me acompañan pero me preocupa más la que a mí lado alguien no quiere caminar... Y me duelo. Me duelo porque veo la sonrisa de Pablo y escucho al guerrero incansable: "siempre fuerte"... Y me doy cuenta de que hay que volver a la vida. Siempre fuertes. Y volver a empezar, pero con la ilusión de esta vez vencer la batalla del día a día.
DEP Pablo.
viernes, 17 de febrero de 2017
AYER ME LO TRAJE A HOY
Ayer aprendí que el que más pierde es el que se niega a perder... Y pensé en ganar vida. ¡Y gané! Comí con mi hermano y me propuso algo que fue como una tabla de salvación a la que agarrar mi ilusión. Recibí el mensaje más bonito del mundo de alguien a quien una vez le pedí un minuto y me dijo que me daba "su peluco para toda la vida". Y está cumpliendo... Volví a un ensayo general [con un dolor de espalda horroroso, con un dolor de muelas superlativo...] Y volví a tener el mejor bálsamo en un escenario. Y con mi gente. No se imaginan lo grande que es compartir con ellos... Pensé en darle una sorpresa a mi madre y evitarle un viaje a mi padre. Me fui a dormir a casa de ellos después del ensayo. Altas horas de la madrugada. Y a las dos de la mañana me dio dos besos mi madre que supieron a gloria... Y le ví sonreír nada más despertar... Me tomé un Nolotil, yo que nunca tomo nada. Y me costó dormir... Y pensé sobre todas estas cosas que quería contar. Y sobre otras más... Sigo con mis dolores a cuestas. Y con mis ganas de volar...
martes, 24 de enero de 2017
INSOMNIOS
Vuelvo a casa envuelto en la falta de sueño que me trajo la noche. Lorca escribió de las noches sin luna que en ellas no se veía a dos pasos, que eran perfectas para quienes necesitan escondrijo... Yo en la noche no me escondo. Me encuentro; porque siento de una manera absoluta y mi cabeza está más ágil que nunca. Cuando todo es noche escucho más y más veo. Con la mente despierta, sueño (pero no de dormir): de volar despierto. Por la noche, en la que muchos duermen, yo creo. Imagino. Disparo sueños que no derriban enemigos, pero que no tienen más dueño que yo... Y así, noche tras noche. El insomnio me duele si intento dormir, si no es mi compañero... De fátigas y de cosas. De recuerdos y de aquello que quiero. De los secretos que nos guardamos mis noches sin luna y yo... ¡qué soy de mis noches y de mis sueños!
RESPETO
Hace unos meses lamenté mil y un insultos tras la muerte de Rita Barberá... Hoy leo algunos de los que soporta Miguel Bosé tras la perdida de su sobrina. Y mi sensación es la misma. Nada justifica esos ataques, esas rabias, esa ignorancia extrema que les lleva al insulto... Lo siento. El respeto y la tolerancia no saben de credos, de ideologías, ni de afiliciaciones, ni de tendencias, ni de creencias, ni de opciones,... El respeto y la tolerancia solo saben de personas. Y hay personas que lo tenemos y lo guardamos como hay otros que están demasiado corrompidos como para entender esto que escribo... Corrompidos moral, ética, humanamente... Que no merecen ni siquiera este tiempo que les estoy dedicando. Es lamentable. Penoso. Pero existen... hacen ruido. Ladran como un lobo hambriento cuando huele a sangre (y que me perdonen los lobos). Pero yo me niego a dejar de ser humano, a dejar de sentir todo lo que quiera y a tener que callarme cuando mis palabras no tienen su sucio aliento. Respeto, señores. Solo es eso... una palabra que dice mucho. Todo. Si tuviéramos un poco más, nos faltaría alma y nos sobraría bilis...
lunes, 16 de enero de 2017
VENGO DE UN FIN DE SEMANA
No traigo nada nuevo ni excepcional: vengo de un fin de semana. Así que es lunes. El lunes no es un día querido, a no ser que sea festivo. Nos pasa a los seres humanos, que nos puede el egoísmo y nos gustan las cosas cuando nos benefician. Si no, no. Pues sí, es lunes. Y vengo de un fin de semana, con la caldera rota, amenaza de gélidas temperaturas y el pijama como segunda piel. Como la piel que habito.
Y todo lo que se me ocurre, escuchando por quinta vez el disco de Raphael que los Reyes me trajeron en casa de Tiby que escribir. Escribir que hacía tiempo que no lo hacía y corresponde. Correspondía. No es fácil... pero hay que ponerse. Y me pongo. Me sorprendo a mí mismo con esa leyenda del lunes...
Todos queremos ser los primeros, menos los lunes. Los lunes hubieran preferido ser terceros. Miércoles, para que nadie les odiara. Pero les tocó empezar la semana, como nos ha tocado a tí y a mí. Yo la empecé buscando un segundo - de tiempo, no de orden - para reorganizar mi vida - ahora que aún no me cansé de organizarla - y para pensar que, de los años que he comenzado, éste, por no tener propósitos. es el que menos me estoy decepcionando. Y es bueno: no me gusta decepcionar. Tal y como cumplo años, además, prefiero no decepcionarme a mí mismo. Y a base de repetirlo, lo he convertido en mi dogma de fe. Tampoco soporto que me decepcionen. Lo siento. Es algo que los que me han decepcionado no entienden... Ni comparten. Pero es así. No lo tolero. Ni la falta de lealtad. Soy así... Mi capacidad de aguante va disminuyendo. No me enorgullece; pero no lo callaré... Me hago mayor y me elijo a mí.
Lo dicho: que ser lunes es difícil, pero nadie recae en ello. Los lunes maldecimos, como alargamos la cama un domingo o una noche los sábados. Pero el lunes, es otra cosa. Éste en particular me ha hecho descubrir algo: y es que somos brutalmente egoístas... ¿Qué lunes nos gustan? ¡Los que son festivos! Los que pierden su naturaleza de primer día y se convierten en tercero de un buen puente... ¡Eso sí que es un lunes bueno! El que deja de serlo... ¿Y nos importa algo cómo lo siente el lunes? No... pero nosotros, que somos primero y después egoístas qué más nos da... Pues así hacemos con todo. Y así nos va. Nos gustan las cosas, las personas, los hechos según nos benefician sin pensar qué piensan, hacen, sienten... Nos importa poco cómo se sienten o cómo lo llevan. Nuestra empatía es cero. Y nos da igual... Yo necesité pensar en los lunes para darme cuenta de lo duro que lo tienen. Y luego me puse a pensar en gente que conozco... y pensé lo mismo... Por eso les digo una cosa a los lunes y a mis amigos que sufren: aquí me tenéis para pensar en vosotros. Vale... Es un punto de locura... pero bendita locura que te lleva a pensar en los demás. Aunque sea un rato. Pequeño... ¿Pensáis que se me fue la pinza? Yo, por lo menos, pensé en los lunes que sufren...
Resumen de fin de semana:
Molan las cosas que no te esperas. Las noches improvisadas y las visitas imprevistas. Mola ser multimillonario cuando quien tiene un amigo tiene un tesoro. Molan las risas de noche y las de anoche. Mola ser el primero en irse de una fiesta creyendo que la cerraste. Mola cruzar la ciudad en silencio. Mola bajar la persiana para dormir en la mañana. No abrir los ojos cuando te despiertas de madrugada y ronronear una hora sin salir del nórdico. Mola ponerse el pijama para pasar el día. Improvisar una cena al ajillo por no repetir una pechuga con patatas. Y mola tirarse el día sin hacer nada pensando más en el placer del calor de hogar que en la factura del gas... mola tener ganas de cocinar y hacerse unas palomitas. Y mola que te venza el aburrimiento que nunca tienes, aunque te empuje a devorar chocolate una y otra vez. Yo, como Scarlett, pongo a Dios por testigo que mañana volveré a pasar hambre... Los pobres lunes, qué lo tienen todo.
sábado, 7 de enero de 2017
Y LAS MÍAS
Me descubrí ayer mismo diciéndole a mi hermana en metro, mientras acudíamos a la comida de Reyes, que estuviera tranquila, que la vida da muchas vueltas. Y la segunda vez que se lo dije, cruzando el paso de cebra, repetí cada palabra no sé si más por ella o por mí. Parece que desde la Ibiza pasada me he empeñado en alcanzar los 40. A mis no propósitos de año nuevo, que me van de escándalo, mejor que cuando los tenía, he añadido esa voluntad de envejecer aprovechando pasos y canas; que tengo los míos. Y las mías.
Lo dicho. Le (me) repetí el mensaje consciente de que la vida da segundas oportunidades muchas veces. Creo que la primera vuelta nos la da de hostia, para escocer. Y la segunda de revancha, para aprendido, saber hacer frente. Hacerse mayor (en mi caso por voluntad propia).
Fui siempre un niño mayor. Fui con amigos mayores que yo hasta que Dorian Gray se apropió de mí, le ganó la batalla a Peter Pan, y comencé a tener amigos más jóvenes. Y de todo se aprende. Aunque también es cierto que cada vez más cerca de la madurez, estoy subrayando en mí esas ganas de no callar y al mismo tiempo de esperar ver cómo el paso del tiempo da y quita razones. Que lo hace.
Le dije a mi hermana que la vida da muchas vueltas pero creo que me lo decía a mí. Y estoy convencido de que nos valdrá a los dos. Es cuestión de saber esperar.
Y en esa esperanza andamos. Hay que arrepentirse de lo que no se dice. Hay que dejar de ser aragonés, que dice mi madre piensan bien pero tarde. Hay que volver a la paz con uno mismo y de ponerse el mundo por montera de vez en cuando... Pero sobre todo, hay que valorarse primero y antes que nada porque nadie es más importante para nosotros que nosotros mismos. Y sí, suena a egoísmo. Soy una persona excesivamente generosa. Por eso estoy convencido que para darse más y mejor a los demás, hay que construirse con más voluntad y primera persona. No hablo de egoísmo, hablo de crecer (en paz y en calma). Que todo hace falta... Y a quienes no nos quieran con esa paz y esa calma, que les guste el paseo... Hay que empezar a hacerse querer para que nos quieran. Estoy convencido. De esas y de otras cosas.
Perfil propio desde la Ibiza pasada |
Fui siempre un niño mayor. Fui con amigos mayores que yo hasta que Dorian Gray se apropió de mí, le ganó la batalla a Peter Pan, y comencé a tener amigos más jóvenes. Y de todo se aprende. Aunque también es cierto que cada vez más cerca de la madurez, estoy subrayando en mí esas ganas de no callar y al mismo tiempo de esperar ver cómo el paso del tiempo da y quita razones. Que lo hace.
Le dije a mi hermana que la vida da muchas vueltas pero creo que me lo decía a mí. Y estoy convencido de que nos valdrá a los dos. Es cuestión de saber esperar.
Y en esa esperanza andamos. Hay que arrepentirse de lo que no se dice. Hay que dejar de ser aragonés, que dice mi madre piensan bien pero tarde. Hay que volver a la paz con uno mismo y de ponerse el mundo por montera de vez en cuando... Pero sobre todo, hay que valorarse primero y antes que nada porque nadie es más importante para nosotros que nosotros mismos. Y sí, suena a egoísmo. Soy una persona excesivamente generosa. Por eso estoy convencido que para darse más y mejor a los demás, hay que construirse con más voluntad y primera persona. No hablo de egoísmo, hablo de crecer (en paz y en calma). Que todo hace falta... Y a quienes no nos quieran con esa paz y esa calma, que les guste el paseo... Hay que empezar a hacerse querer para que nos quieran. Estoy convencido. De esas y de otras cosas.
jueves, 5 de enero de 2017
CINCO DE ENERO
Queridos Reyes Magos,
hace años que por casa no pasáis a base de trabajos y tiendas, horarios familiares y cambios de vida. Pero a mí me gustaría que regresarais. A base de hacernos mayores nos sacude la nostalgia y la melancolía. No sé cuál fue el punto de inflexión, pero llevo meses pensando que llegan mis cuarenta y, como los abriles de Sabina, alguien se ha dedicado a quitarle minutos al incesante reloj sin saetas de mi vida.
No me siento más mayor. Ni menos joven. Me acerco a la barrera con una buena sensación y un vértigo inevitable. Hoy es cinco de enero, lo justo sería que fuera tres (cuatro a lo sumo). Pero el tiempo se empeña en largarse con velocidades de relámpago que nos dejan menos opción de hacer y de deshacer. Quizá por eso, me vine a cuestas con mis recuerdos de infancia - de infancia muy tierna, ya os dije que dejasteis pronto de venir por casa - y me sacude la ilusión de volver a tener un día de Reyes como aquellos en que, con equilibrios totales, papá y mamá nos sorprendían. Nunca pedimos más ni nos trajeron menos. Buenos recuerdos que se disipan al pasar el tiempo...
Por eso hoy, que anda todo el mundo rematando sus cartas, yo miro a otro lado. Acudiré ahora a la cabalgata, el cargo obliga, pero me vendré a casa con un desapego absoluto. Total. Algo que me gustaría revivir, porque como dije, cuánto más mayor me hago más en niño me convierto. Y eso es genial.
Así que, majestades, se vayan haciendo a la idea. Al año que viene les espero por aquí. Como cuando el abuelo y yo le poníamos cebada en el balcón a sus camellos. Como cuando corría hasta la habitación del final del pasillo para encontrarme una pizarra sobre la cama... Como cuando soñaba despierto.
Feliz año.
Pd: Yo siempre fui de Melchor...
martes, 3 de enero de 2017
BUENAS NOCHES. POR HOY.
Vengo con la resaca clavada en los huesos. Feliz año nuevo. Primer martes de año con sabor de lunes. Resaca de año nuevo y aeropuerto con retrasos. Hice mil cosas hoy. Recordé el ayer, trabajé y compré para comer, arreglé la tarjeta de crédito que no se había roto y una tapa del baño que instalé yo mismo. Preparé un cocido e hice este vídeo. Respondí por móvil un mensaje de ayer (que suena a más pasado). Y saqué un libro de la librería con la intención de comenzar el año leyendo: Primavera con una esquina rota. Benedetti.
Eché de nuevo agua al cocido que se evaporó. A ver si llega a caldo ahora que son las nueve de la noche, empieza el informativo y ceno.
Sí, quiero volver a escribir. Me dio una vergüenza tremenda qué hice con este blog el año pasado. No me comprometo a más. Pero tampoco a menos.
Me apunto hoy en mi moleskine emocional;
De ayer, coge la nostalgia y los buenos recuerdos.
No vivas del pasado, pero no lo olvides.
Quédate con las cosas que te provoquen una sonrisa
[o una lágrima que no sea de dolor].
Piensa en las oportunidades que da la vida
y no las desaproveches.
Y si te saltas algo, para, regresa y sigue el camino.
Sobre todo vive.
Y deja vivir.
Buenas noches. Por hoy.
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