martes, 19 de diciembre de 2017
TARDE O TEMPRANO
Me ha dado una pena horrorosa, con menos excesos que en la juventud, pero terrible al fin y al cabo. Sosegada. Pero dada. Cuando he entrado en el blog y he repasado los miles de años que nada publico. Cuando he visto que éste será el año menos prolífico de la escritura del alma, de los pasos cansados, de las ilusiones de futuro, de la esperanza (ya no rota). Me hice mayor y los cargos se convirtieron en cargas, pesadas losas que fueron cambiando aquello que fuimos. Y tengo la esperanza y la sensación de que fueron para bien. Vivo tranquilo, duermo sereno - ya es mucho, tanto - y revivo poco fotos ni recuerdos. Me busco de nuevo, como siempre, en constante inspiración, con estos cuarenta agosteros que sirven de muleta para caminar y para capear lo que venga. Y yo, tranquilo. Sin parar nada. Las agendas tienen hoy hojas de excesos. Y dejo de escribir ya, para salir volando. Pero regresé. Porque tocaba. Tarde o temprano iba a regresar al blog... de estas hojas más perdidas que nunca.
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