viernes, 1 de noviembre de 2013

BALADA TRISTE DE TODOS LOS SANTOS. PROPÓSITO DE ENMIENDA.

Con propósito de enmienda regreso. Octubre ha sido el peor mes desde que os escribo. No lo dice Aurora, lo digo yo también, que hasta en ocasiones me he convencido de que tenía cosas que contaros para que las entradas no fueran menos que hace un año por estos meses...

Pongo a Raphael en el ordenador, la balada de la trompeta, y con mi corazón que también desespera, que va llorando, recordando, mi pasado... Como dice el de Linares. Y con la banda sonora que me acompaña desde hace tantos años, paso el frío de mis piernas cubiertas con un albornoz por esta mañana de Todos los santos, que nos devolvió el otoño con cifras casi de invierno, pero solo desde hace dos días. Antes de ayer, el calor, sorprendentemente seguía siendo el del verano... Cosas del cielo.


Lo dicho, que me hago el ánimo hoy y casi me obligo, a venir a escribir. Este viernes con sabor de sábado, que me ha venido de perlas para regar de nuevo mi árbol de hojas perdidas y hacerle una pequeña muesca, en lo más hendido del tronco: noviembre de 2013.

Melina, de Camilo Sesto. Ultimo lo que os voy contando, porque he quedado a comer en casa de Jose y María, con Álvaro y así conocer a la nueva Cristina que ha llegado a nuestras vidas. Sé ya que en nada nos llegará un Ángel, como caído del cielo. Y es inevitable hoy mirar hacia allí, en este todosantos que alguien cambió por Halloween (de una manera salvaje lo comprobé ayer). Me acuerdo de muchos de los que se nos fueron a menudo. De algunos de hace ya muchos más años de los que querría mi cariño, como Fermín, de algunas que me parecen mentira, como la Lina y sus hermanas; de otra que siento siempre a mi verita... Y que sé que me cuida desde el cielo. Los que se fueron... Ayer, precisamente, después de mi estreno como portavoz en el pleno, nos fuimos a tomar una copita de vino al Menjant y se convirtió en una cena de la que regresamos Toni, Marta y yo a casa, precisamente hablando de eso, de la muerte. Y aunque nunca lo dije tan claro, si vuelvo a esta libreta de baladas tristes y alegres, tengo que hacerlo dando titulares: no tengo miedo a la muerte. Y me dí cuenta ayer, que me preocupa más la enfermedad que el final, por el que inevitablemente pasaremos todos.

Así que me muevo hoy entre las muertes y las resurrecciones, en este Todos los Santos por el que iré moviendo la vida, sin saber qué hacer luego, ni hacia adónde me iré... Ayer, no me fuí de Halloween, me fui a dormir. Y así esta mañana a las ocho y media he decidido que los festivos son para otros... Yo sigo con lo mío. Con esto. Con otras cosas. Y con ganas de... (no sé de qué. Me empeñaré en descubrirlo).

Pd: He empezado a escribir la presentación. Nada más de lo que tuviera. Como estoy musical, recojo los versos de Serrat: hoy, las musas, han pasado de mí...

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