Dejo por escrito un mensaje. No soy de hacerlos públicos, pero yo sé de quién es. Y con eso me vale. Quiero dejarlo aquí porque anoche giró mi noche, mi estómago, mi felicidad. Y no quiero que cuando se borre el móvil que siempre se borra, se me pierdan las palabras más bonitas que no esperaba leer. No ayer. Leer. Porque cuando la vida se sujeta con otros alfileres, es más difícil que la sujeten con idéntica fuerza. Porque tal y como se van los días, con sus albores y atardeceres, sus auroras y sus lunas llenas, la distancia marca otros caminos que ayer se reencontraron. Una vez más.
Leo. Leí:
"...he releído lo que escribiste, casi se me vuelven a saltar las lágrimas. Que pena que estemos ahora tan lejos que casi no compartamos momentos que a penas nos veamos, que nuestras vidas cogieron caminos distintos. Pero sé que te quiero y te querré siempre..."
Lo dejo ahí porque lo injusto sería desvelar quien fue. Y yo mismo, con el resto del mensaje podría trazar trazos. Que no tocan. En cualquier caso, sus palabras fueron mi almohada. Y he dormido aliviado toda la noche. Hasta despertar.
Por eso quizá hoy, al despertar, desperté más descansado. Quizá me costó menos poner los pies en el suelo. Salir de la ducha y emprender el vuelo, a ras de suelo. Desayuné con mi hermana, tomé café con Tatín, Gloria y Lola y emprendí marcha con los comercios de l'Almassil. Me fui al despacho, tomé agua con Iván, que rompió una copa, y comí una ensalada en la sede. Me fui a casa y coincidí con mi madre, que llegaba cuando me iba a la tele. No renuncié a una llamada más, para intentarlo. Y fue un mensaje de mi madre, inconsciente, al teléfono, el que me hizo recuperar la esperanza.
Ahora estoy en la tele. 20:41 del 8 de abril de 2015; tan lejos de aquel mayo cuando empezó todo y a la vez tan cerca. La vida, que tiene sus cosas.
Hablé con Diego por teléfono. Está falto de faltas. La vida, se lo dije, hace su marcha. Nos la tomemos nosotros como nos la tomemos. Así que, es mejor tomársela en dosis pequeñas y con la cabeza alta. Hasta cuando se llora.
Posdata: Pasado mañana es un tiempo atemporal en mis calendarios de agenda. Mi pasado mañana está allí, detrás de aquella puerta verde (fortuna y esperanza). Haya lo que allá haya, lo que se halla, bienvenido. Será mi pasado mañana favorito...
miércoles, 8 de abril de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.
DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...
-
Los árboles de otoño tienen la hoja caduca, pero su raíz sigue anclada al suelo, a la tierra, donde erguidos se crecen con el paso del tiemp...
-
Nunca dejo de remar, porque es lo que siempre aconsejo a tanta gente que quiero... Pero es verdad que hay días que son lunes absoluto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario