La noche, como decía, fue de sarao fallero. Teníamos la gala de la cultura donde la falla nos volvimos a casa, o mejor dicho al Cyrano, con tres premios de más: el quinto de obra por "Ay Carmela", el de mejor obra inédita por "Outdoor training" y el de mejor escenografía. Luego, risas y noche, camino al Cyrano y cierre del local. Pasamos por la falla y nos fuimos al Da Vinci. Manolo y yo hicimos de tripas corazón y nos fuimos a la Posada, a rematar la noche, que cerré en un taxi pensando en mil cosas.
Llegué a casa y bajé la persiana porque quería alargar el sueño todo lo que pudiese. Pero da igual, el reloj biológico me dejó al borde del cansancio cuando me tocó levantarme. No duermo. Es mi vida, siempre ha sido así. Y sigue siendo, aunque reconozco que un sábado remolón se lo gana cualquiera, yo me los dejo para más adelante. Para cuando toque. Me levanté, decía, y me puse a hacer llibret, también contrarreloj porque así lo marca el vademecum del buen fallero. El fin de semana nos ha valido para acabar el llibret a destajo. Y para acudir a los actos que también teníamos por fallerío.
El sábado tarde me recogieron de nuevo Laura y Pepe para acudir a la presentación de Maestro Aguilar y de ahí nos cenamos unas papas con algunos falleros de la Agrupación y volando, con Jose, al Musical, a disfrutar de la presentación de Sevilla - Denia.
Tuvimos momento de risas con el intercambio de parejas falleras con los amigos de Avenida Peris y Valero y cerramos en Cyrano, con ataque de risas, Edu y Kike, Laura y sus amigas, recordando cómo se puede ir por la vida sin ojos, yo que también soy blogger. Muy blogger.
Al final, me repesqué el domingo. Me desperté y seguí con el llibret. Sólo paré para hacerme un capítulo más de "Isabel", vaya enganche llevo, oiga. Y luego a seguir con la marcheta: acabé mi domingo haciendo una tortilla de patatas, la última antes de ponerme a dieta, que ya va tocando. No lo digo yo, la báscula que tiene sus quisicosas: 89.400 gramos. Y agradecido, el domingo rondé los 90 (y nos los boté por vaguería.).
Hablando con Mabelón, de lo divino y de casi todo lo humano, encendí la tele y me ví en el "Tot és Festa". No suelo verme, no me gusta. Pero me quedé a seguir el programa (algo que nunca hago) y reconozco que me divirtió, especialmente porque había momentos que en pocos días había borrado... Estoy que no paro. Hoy regresé al trabajo, comí ternera como dice la dieta y me reuní por la tarde con asociaciones de vecinos para hablar de Sanidad. Ahora tecleo desde la sede, esperando que mis compañeros bajen de la comisión e iré a casa a preparar unas pechugas para irme a la falla. Penúltima directiva del año fallero. Nosotros, que somos así. Esto sube de temperatura, aunque le pese a la ciclogénesis explosiva. Son días de mucho... Y lo que es mejor: vísperas de mucho más.
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