lunes, 20 de septiembre de 2010

SE ALZA EL TELÓN



Porque llega un momento en la vida que necesitas saber que estás vivo... Lo dice Alberto Acosta, mi otro yo, esta noche sobre un escenario de teatro... Al ritmo de Night and Day. Comparto con Alberto pocas cosas, ninguna me atrevería a decir y me siento más actuando que nunca. Sus caprichos no son los míos, su vida de chico triunfador en la vida, una vida vacía de sentimientos, sus pasiones, sus recelos... Ni siquiera sus arrestos dejan de ser mis miedos. Alberto sube hoy a un escenario...

Ángeles y yo (no hablaré más de nosotros) vamos al concurso de Junta Central Fallera, con una obra que es de todo menos una obra. Una conversación con la vida. Un tête a tête, un vis a vis (bis a bis, porque lo tienen dos) hablando de la vida sobre la cornisa antes de tirarse hacia abajo y caer en una montaña rusa de miedos y caprichos, de temores y dudas, de supervivencias... Me gusta este proyecto. Lo acaricié anoche. Lo disfruté anoche por vez primera. Y me recordé memorizando frases en una cala de Ibiza. Ahora, si miro por la ventana, es todo de un gris de campeonato. El aire acondicionado está por encima de las posibilidades de cualquiera y los nervios que provoca el escenario (que nos da y nos quita la vida) empiezan a sentirse en el estómago...

Hoy subo de nuevo al escenario y lo hago abandonando la comedia y la risa, aunque esto de hoy tampoco sea una tragedia... Lo hago recordando "Los ochenta..." aquella obra de penas que me unió a Ángeles un día que el destino estaba caprichoso... Y desde entonces, hasta esta noche.

Con Nick, a la dirección. Que rezuma teatro británico cada vez que te da una orden y la cumples. Y es magia. Y es una fortuna.

Con amigos que se han unido a estar en la trastienda: con Bausá que nunca sale en este blog y es mi cómplice en la sombra, aunque él no lo sepa. Con Laura, que confía tanto en nosotros. Con Sergi, que es bondad y amigo. Con Carol, que es risa y disparate, sinceridad por encima de todo. Con María, que es fuerza y una compañera de viaje fantástica... Con muchos. Con todos, espero. Con una falla que no deja de abrazarme a cada momento y qué rico se les siente...

Tengo ganas de disfrutar, de vivir por Alberto, de rogar por sus ruegos y soñar con sus sueños, que son pesimistas y vacíos. Quiero ser el niño bien que lucha contra sí mismo porque no se ofrece ya nada... Y así será. Esta noche, de nuevo, se alza el telón...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Doy fe de los ensayos en las calas de Ibiza....
MUCHA MIERDA!! MANU

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