jueves, 14 de agosto de 2014
LOS TEMORES FUNDADOS
Cuando desperté, los vientos que habían soplado las escasas horas de la noche seguían batiéndose a muerte por escapar del sol. Se alzaba imponente tras una cortina de algodones azules y hería de amor a las olas de un mar que se batía por escapar entre espumas blancas y cobres. La noche se había ido atrás, una vez más y yo, frente a la nada, me quedé mirando al horizonte y dejé de escuchar, y de mirar, y de ver, y de saber... Ya sólo sentía.
Anoche celebramos el cumpleaños de Luis cenando una torrá en su casa con Gueguel, Raquel, Pablo, el propio Luis y familia. La noche fue divertidísima, tumbados sobre los blancos sofás de una cheslong chill out. Regamos de caña la madrugada y dejamos que nos mecieran los ruidos del viento imbatible. Nos pusimos al día. Y a la noche. Y seguimos con nuestras risas... Dejé las maletas hechas, hoy parto hacia Sarrión para las fiestas de cada año desde que era niño. De aquello, lo único que hemos cambiado, hemos sido nosotros...
Me encanta esta foto del mar. De esta mañana a las ocho, más menos. Me desperté inundado de calor y humedad y entreví la tormenta al otro lado de la ventana, como metáfora de mis propios septiembres. Debería calzar una libreta en la maleta y pensar qué reorganizar para cuando regrese. Soy consciente de que es la frontera que al cruzar, te deja con la mano cogida al pecho, esperando que nunca se pierda el pasaporte...
Los temores fundados.
Me sorprende ver que aún en verano, cada día, se dispara el número de personas que entráis y leéis estas páginas sueltas, estos versos sin renglón ni Dios, estas hojas perdidas... Me pierdo en saber quiénes sois. Y me encantaría saber quién deja el sol y el cielo y se viene a repasar mis horas... Me sorprende. Aquí pasarán los amigos perdidos, las vidas saciadas, los silenciosos amores y los callados despechos, los recuerdos pasados, los que no me conocen y los que no me conocerán, calculo que puedes estar tú y algunos que entran equivocados porque esto no es lo que buscaban,... Para los que siguen buscando, conmigo, hojas perdidas, gracias. Me gustaría tanto ponerle cara a vuestra compañía en mañanas como las de hoy que os invito a cruzar la puerta... Un saludo (si es que hay alguien)...
[Y sigue sonando Robbie Williams, Swing both ways]
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