martes, 17 de abril de 2018

NO RENUNCIO A NADA


¿Te has sentido alguna vez como una corteza de árbol flotando en un estanque de aguas quietas? ¿Te has creído alguna vez una galleta en un tazón de leche? ¿Has pensado que te mantenías, brillante y silencioso, como una pompa de jabón en mitad del aire? ¿Has sentido el agua en el mar batirse contra tu nuca y tus orejas mientras el cuerpo, muerto, se dormía sobre la sal? ¡Todo eso es flotar! Mantenerse. Estático y sin aspavientos. Quieto. Tranquilo, frente al universo entero.

En este mundo de ruidos exagerados que nos condena al grito continuado, mantenerse ya es mucho. En silencio, más. Y yo es algo que con la edad estoy apreciando a hacer. Silencio frente a los gritos. Callado frente a los despropósitos. Quieto ante los ataques. Calmado frente a las mentiras. Pacífico y sosegado ante los envites de la vida... de la vida misma.

Nos han empujado a creer que hay que estar en desbordada perdida de energía siempre, de manera continuada. Que hay que estar reaccionando siempre frente a la acción de otros. Que hay que devolver la pelota, como si fuera una lucha entre dos raquetas. Que no hay que parar... Y creo, de verdad, que parte del engaño que nos regalaron con la vida, es esa batalla constante de no cesar.

Paremos. Porque no. Pero no como renuncia a nada, sino como invitación a la paz, a la tranquilidad y al sosiego. Desarmemos sin armas, o sin mayor arma que la paz. En estos tiempos de guerras constantes, en los que todo el mundo tiene la razón de todo y la culpa de nada, yo cierro los ojos, respiro profundo y dejo brazos y piernas dormidos para flotar... Para flotar como el corcho en el agua, como la galleta en la taza, como la pompa de jabón... Y sueño, que vuelo, a donde el viento quiera llevarme. No porque yo no tenga voluntad, que la tenga toda. No renuncié a nada. Simplemente, me elegí a mí. Y empezaré, así, a conquistar otros cielos, otros mares... Otras sales del Mundo. Al fin y al cabo, nos dijeron que había que hacer ruido. Pero quienes nos lo dijeron, podían estar equivocados... 

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