lunes, 2 de diciembre de 2013
ASÍ SUSPIRO YO...
Dos de diciembre y ataque de optimismo, que no es fácil. Suena "En un mundo nuevo" mientras clavo un verde esperanza como entrada de este blog, más pobre que ningún año. Propósito del nuevo: regresar a perder las hojas con vosotros, como siempre.
Frase de abuela: qué rápido se pasa el tiempo. Aún recuerdo el fin de año pasado en Bocairent, y la de cosas que han ido cambiando desde entonces, señor... ¡Señor! también es muy de señora mayor... Me encuentro en una vorágine que me deja lastrada la mirada condenada contra el suelo, como me dicen mucho, con esa cara que rezuma cansancio. Pero es de no parar, que yo no me freno. Y así seguimos, como siempre, con una vida de amor y paz, que vamos rellenando con los verdes esperanza que nos encontramos para hacer el camino más feliz. ¡Qué no es fácil!
Ser optimista es algo que se está poniendo cuesta arriba, es cierto. Pero los batalladores del alma no encontramos lugar para el descanso. Y así paso del Ayuntamiento a la escritura, de la falla al Cyrano, de la noche a la mañana y del pasado al futuro con un brío que solo a mí me pertenece y que yo voy compartiendo...
Me hago mayor, le confieso a Angelita yendo en taxi hacia Doctor Oloriz anoche, que fuimos a ver cómo leían esa locura que les hemos escrito con más cariño este año. Y así lo siento, lo cual no es malo. Pero en mis ruidos y mis flaquezas encuentro el desgaste con el que se va la vida. También es verdad que vengo de una vida muy completa y mis taytantos parecen cincuentayalgo, porque no he parado. Y si me paro a pensar, compruebo que, casi siempre, con ese verde esperanzador con el que me empeño en cubrirlo todo.
El fin de semana hice de todo: cerrar dos días Cyrano porque tenemos a Luis nuevayorqueando, actos varios, cena de ejecutiva, concurso de paellas bajo el frío de un uno de diciembre, conciertos de cámara y ensayos de presentación. ¡Vamos, que sigo en mis trece de que quien se aburre, porque quiere, valga Dios!
Cuento los minutos porque tengo enseguida reunión y luego viaje a Valencia para entregarme a otras dos horas de ensayo teatral. Así se va la noche. Y así suspiro yo... Que vengo al dos de diciembre con unas ganas atroces de regresar a vosotros aunque sea en la recta final del año... ¡Qué rápido se pasa el tiempo! ¡Señor!
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