martes, 2 de julio de 2019

PAZ



Dicen que mis líneas se cruzan tristes últimamente y, sin embargo, yo, me siento calmado, en paz, tranquilo. Mucho más de lo imaginado. Mucho más de lo conseguido otras veces. Si hay tristeza en mis ecos, no lo hay en mis palabras. En lo que digo quiero alegría, tranquilidad, sosiego, calma, relax, sinceridad,... Me he adelantado emocionalmente las vacaciones y me siento cómodo en esta balsa mansa de agua pacífica y fresca. Me condiciona el calor, solo. Pero no el camino. Mis piernas pesan, pero no mis pensamientos. Mi corazón se ha relajado. Mi espalda sufre menos. Mi cabeza no explota... ¡Me siento bien! Pero sin embargo los versos me quedaron tristes, más agrios que dulces, sin ser la verdad de lo que vivo... O quizá, mi optimismo se carga de melancolía y pesa más la nostalgia que la alegría rebosante... Yo, que siempre fui de excesos, me mantengo en el ecuador del año con paz. No busco más. Ni quiero menos. Aprendí entiendo de cada lección, porque la vida me las sigue dando. Frente a la traición, olvido. Frente al ataque, indiferencia. Frente al estrés, la paz y el descanso...

He apartado el ruido de mí y hay días que me cuesta reconocerme. Hay quien cree que al final todo volverá a explosionar, porque la eclosión se va gestando. Yo daría mucho, porque no fuera así. Me gusto ahora. Me acompaño cómodo. Me siento tranquilo. Y es mucho más de lo que tenía hace un tiempo, y de lo que soñé en esas mismas noches... No. No se rompió nada. Sólo se recolocó. Y en ese movimiento extraño, cada uno fue al lugar que le corresponde aunque aún quedan piezas por mover...

No quiero nada más que mi calma. Estoy en paz. Y eso me gusta...

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