lunes, 11 de abril de 2016

ENROSCARME


Tengo irremediablemente una vida muy pública a la que sinceramente nunca he pensado renunciar. No por nada. Ni me llena - no soy una persona de egos - ni me vacía. Me acompaña. Lo que sí espero de vez en cuando es buscarme un rincón donde cobijarme como gato enroscado. Cierto es que no tengo tiempo. Porque la vida pública es tanta y tan pública que no me deja segundos para enroscarme. Y así ando. Con las ganas de hacerme ovillo unos días y volviendo otros al escenario.

Recuerdo de pequeño que siempre soñé una vida imparable. Y yo lo he escrito por doquier, calculo que también aquí. Cuando muera alguien vendrá a mi caja y dirá "se fue, pero hasta que se ha ido lo que ha vivido", Tengo la sensación de ser un felino por su segunda vida. Y sé que quiero hacer cosas que no hice, aunque no sepa cuáles y que me quedan caminos por recorrer que ni tan siquiera sé si elegiré yo.

A veces me descubro artista pensando en pasar mil días escondido en casa. Yo que casi no la piso haciendo mi vida de hogar. Pero es irreal. Camino hacia los cuarenta y me quedan por andar y por escribir cosas miles y demás. Estoy contento de mi camino aunque de vez en cuando refunfuñe. Y pienso, a veces también, que las úlceras del estómago me las causan cosas que no debieran.

Entre mis posdatas, las ganas de hacer cosas. Traduzco teatro. Busco un fin de semana para escapar a Madrid mientras el viento me huele a Londres. Y miro. La vida pasar. Como la canción de Fangoria y como yo mismo. Que así ando.

Pd: No me duele la cabeza, a veces la espalda, reemprendo mi dieta y estoy dejándome facebook poco a poco... Así me va abril. De maravilla.

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