
La noche se ha caído a pozales llenos. Agua a tope. Goteras en casa. Y despierto otra vez. Anoche, insomnio. Un par de horas. A las doce todo agua. A las dos. Y a las tres. A las cinco. A las siete... Me duermo a primera hora de la mañana. Café y reunión de trabajo. Ronda de palabras y miradas, silencios. Una piscina cubierta de agua fría. Como con Miguel Prim en las últimas gotas de la tormenta. Veo por última vez los paraguas abiertos en muchas horas últimas cargadas de negror. Osaka: maki y wasabi. Paso por Cortefiel y recojo unos pantalones. Cuido de Edurne por la tarde, que duerme tranquila y plácida. Se despierta, me ve. Viene, me da un beso. Y un superabrazo. El mundo se para. Llega Rosa y los papás. Me voy a una reunión de trabajo, otra. Y acabo. Ceno con Toñi y Sofi: risas y planes de futuro. Postre elaborado. Y en casa, algo de tele, y estas líneas... Todo es tranquilidad en la noche. La humedad puebla la casa. Fuimos del agua por unas horas y ahora, como siempre, al volver la calma, somos tiempo que pasa...
1 comentario:
orinocoooo, nosotros tuvimos que ir en barquita a casa!! madre mia!!!! cuanta agua!!!
Publicar un comentario