En la mitad del camino, la vista al frente y la boca seca,
la frente alta, con el orgullo a cuestas...
La noche está cayendo sobre mí.
Pero donde antes adornaban sólo nubes copiosas
la oscuridad nocturna,
la luna irradia luz a distancia.
En la mitad del camino, la cabeza alta y la voz serena...
La vida me mece en sus brazos firmes
con una dureza
que a veces duele...
Y la luna, llena, me infunde rabia y coraje a partes iguales.
En la mitad del camino, la noche se hace día,
y el sol me empuja,
por la vereda de la razón y la buena suerte,
mi baraka se enfunda en su coraza regia
y la bondad me acaricia
a la espera de que llegue la noche...
En la encrucijada del camino,
hace días la noche que no frena,
y los días vagan y mueren,
alegres ya bajo la luna llena...
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