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En cuanto escuché la noticia ayer, sentí un escalofrío. Accidente aéreo en Barajas. Poco después, lo comentaba: creo que no estoy hecho para sufrir. Estas noticias me producen un pesar excesivo (un hondo penar, que cantaría Luz Casal). Al sinfín de víctimas, uno el dolor de los que se quedaron, de los que se han quedado sin sus familiares, sus amigos,... Sin la oportunidad de despedirlos, de decirles aquello que seguramente ya sabían: que les querían y mucho.
Este tipo de noticias me desconciertan. Me duelen. Me sacuden... Me dejan parado pensando qué extraña razón provoca este tipo de accidentes... Y lamentablemente, hay muy pocas respuestas. Ninguna me atrevería a decir. Nunca hay respuestas para las malas noticias.
Descansen en Paz.
1 comentario:
Sin duda alguna, hay que dejar tranquilos a los fallecidos, a los voluntarios y a los familiares.
Las respuestas no se pueden buscar en programas televisivos que están repetidamente invitando a expertos.
Sólo una investigación larga minuciosa y exhaustiva dará las respuestas que todos queremos saber.
Muchos ánimos
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