jueves, 22 de mayo de 2014

RUMOR DE CARACOLAS


Escucho La Oreja de Van Gogh, pensando que hay canciones que nos gustaron siempre. Y que vuelven. No sé cómo lo hacen: vuelven siempre encima. A golpearnos de arriba abajo. Estamos de jueves, resaca de miércoles televisivo. Vino David Moreno, tantos años DM, al programa. Y luego nos fuimos a cenar.  Me alegró ver motivado a Diego Palacios en la cena y en el fin tonic de después. Lo he dicho bien: "fin tonic", porque allí acabamos el día.

Cambiamos las mesas de coser por un confesionario hecho a medida, y nos repartimos la madrugada entre David, Mabel, Diego y yo. Acabamos como se acaban bien las noches: en la calle, hablando a la sombra del humo de un cigarro que se fumaron otros. Pasé el día en el ayuntamiento y por la tarde de mítin en el Ágora. Me llevaron Gloria y compañía a la tele. Y ya nos centramos en levantar el telón...

Una sensación extraña me cubrió al salir de la tele: como si hubiera pasado algo malo que no recordara. Prefería eso a cualquier intuición vestida de negro. La noche, también de este color, fue cayendo y envolviéndonos. Como una ola, que cantaría la más grande. De espuma blanca y rumor de caracolas... Y se deshizo el día sin saber por donde hilvanarlo. Salgo ya de nuevo. Seguimos con la marcha... Y como decía aquél: "¡Y qué no falte!".

martes, 20 de mayo de 2014

PENSANDO EN IBIZA


Llegó de madrugada, casi. Estamos acabando el día: en facebook un conocido va dejando huellas de isla blanca. Las presiento. Las caminé. Y hace nada, por privado, le lanzo un mensaje preguntándole si es cierto lo que sé. Está en Ibiza. Echo la vista atrás y hay once años. Calculo que por delante, otras olas. Pero me calmo un rato y rebusco entre las fotos que no se perdieron de este ordenador que hoy limpié algo más.

Ibiza, no descubro nada, siempre tiene mares de calma para mí. Se carga el alma y el espíritu y me deja para el recuerdo muchos pasos echados junto al naútico, sobre el calor del asfalto. Entre pinos, con las ruedas, adentrándome en Aïgues Blanques, para echar unos barros. Son brisas de noche sobre piel quemada, olor a Aftersun, en el huerto de Sa Fonda, antes del pa torrat i la sobrassada. Antes del postre, cuyo nombre, greixonera, me sabe a dulce y olvido.

Ibiza aparece siempre como, para sacudirme en la nostalgia y abrirme las puertas.

Mis días pasan de paseo por la montaña: subo y bajo. Vengo y voy. Anoche pasé las horas colgando carteles electorales con una aire fresco de tormentas. Me desperté y me fui a Valencia, a la sede, a quedarme acreditado. Volví al despacho y me fui a La Mary a comer con Cristina que cumplía años. Ensalada y entrecot. Brownie. La tarde la pasé perdiendo las horas ante el ordenador. Limpié algo la cocina y el comedor. Y el escritorio de este ordenador que se rellena, como yo, a marchas forzadas.

Recuerdo a Carol y sus indicaciones de que me coloque bien posicionalmente ante el ordenador. Los hombros están más cargados hoy. Y algo el costado. Pero llevo el día pegado a una silla.

En Ibiza esto no pasa. Las olas me dejan tumbado a dos pasos del cielo, como nubes en movimiento que mecen el sol.

domingo, 18 de mayo de 2014

DOMINGO DE (INSU)RECCIÓN

Buenas noches. Hay que ir recogiendo. El fin de semana ha sido una cadena de cosas hechas que salieron bien. La primera foto es especial.


Se ve que aparezco en ella con el presidente Fabra. No es, ni de lejos, una imagen típica en mi vida: mítin electoral en Mislata. No puedo explicar las sensaciones.  No quiero, mejor dicho. Me desnudo a menudo en estas hojas perdidas desde hace años. Puedo arañarme el corazón. Pero he pensado que si descubriera algo de mis sensaciones políticas, empezarían a rondar por estas páginas manos con dedos manchados de tinta, como en El nombre de la rosa, y no me parece correcto. No quiero, directamente. Puedo desnudar mi alma, pero no voy a convertir este rincón escondido en una tribuna pública para los del grito y el insulto. No quiero. Lo digo así. No. Que a veces es muy difícil de decir.

Acabamos el acto y recogimos los trastos a la sede, nos fuimos a cenar al Gallego y rematamos tomando alguna copa en el Novelty. Nos fuimos a dormir después de acompañar a Laura a casa, Tiby y yo camino de la madrugada. Nos despertamos en sábado, acudí a comer a casa de Soria, paellas por San Isidro, siesta mínima y fiesta con los andaluces.

Bausà me mandó un whatsapp desde Cyrano, le dije que acudía al acabar de cenar, pero ya no estaban. La foto me encanta. Ese cielo lo descubrí en tonos similares por las calles de Mislata poco antes de que se cayera el día.


Otro whatsapp me despertó una alegría: ha nacido Leo. Hijo de Kone, vía whatsapp me entero que las familias van creciendo con su correspondiente alegría. Les debo aún una visita que nunca hice y muchas más cosas. De momento, me sorprendí en el camino, sabiendo que tenemos otro sobrino más en la vida.


Y llegué a La Mary. Acierto. Lo eligió Kike porque allí trabaja su hermana, me senté entre Edu y Alberto y Laura frente a Eduardo. Cenamos. Demasiado. Y Cyrano. Estaban Alejandro y sus amigos. Y nosotros en nuestra mesa. Pensé que nos iríamos pronto porque el sueño me rondaba. Pero alargamos con unas risas en las butacas echándonos, con Manolín, unas risas a costa de una cucaracha que imaginábamos en el cajón de los CDs... ¿Qué hace una cucaracha allí? ¡Está claro! (Risas).


Me desperté queriendo dormir más. Odiando que mañana fuera lunes. Me fui a la misa de San Isidro, me tomé una coca cola en el casino con Fernando Gandía y Alfonso, entre otros y comí chuletas con patatas asadas en casa. Capítulo de B&B. Sofá. Me perdí la siesta. Pero no hice nada. La noche cae con temperatura de mayo (tan confusa como variante cada día). Y tras este domingo de (insu)rrección llegará otra semana cargada con sus cosas... que iremos contando... claro está (con pausas y prisas).

viernes, 16 de mayo de 2014

DEVOTOS E INSOMNIOS EN LAS RESACAS DE SAN ISIDRO


Esta foto la tomé poco después de dejar de escribir: hasta en los peores días hay que sacar una sonrisa. Dolores de cabeza varios, extinguiéndose los de la espalda que se curan con tréboles blancos y arte de Instagram apartado de otras redes sociales. Al final, una simetría casi perfecta, como radiografía intensa de mi día a día. La vida, que pasa, como en la canción de Julio Iglesias que hoy debería de volver a escuchar.

Es viernes, día de FF en twitter y de acto electoral en Mislata: mi primera gran cita. Hubo una prueba de fuego, la primera de la vida, que fue el congreso del partido y hoy, recibimos al Presidente Fabra, lo cual, obviamente lleva sus procesos...

La vida también tiene los suyos, lo que pasa es que se visten de colores tan elegantes que la hacen maravillosa. Soy un optimista reconvencido, ya lo sabéis. Los papás están en Benidorm, hace poco ví a Edurne y estaba preciosa, y mi hermana comió en casa y todo anda. Al final, casi todo es perfecto. Si no lo es. No es cuestión de convencerse. Hay que disfrutarlo. Como los atardeceres que te pueden acompañar en silencio en mitad de todo el ruido de mi ruidosa vida.


He tenido momentos de todo en estos días: hablo siempre de la montaña rusa emocional, de subir y bajar, de crecer siempre (eso sí que lo siento) y de pensar si esta mente revolucionada que se agita en mi ser se mueve con las mismas pulsaciones del mundo o anda más atareada. La cafetera no para. En risas me quedé el viernes cuando acabamos por el Cyrano Alós y servidor repartiendo "rajoles" de la falla en unas risas que ya no recordamos por qué surgieron. Lo comentábamos el miércoles, cenando en Fosters, después del programa. 


El sábado comenzó el fin de semana de devociones. Extrañamente me quedé en casa porque tenía que despertarme el domingo temprano para retransmitir Missa d'Infants y Trasllat. ¡Cómo me gustó compartirlo con el Bueno de Baltasar y la amiga Mabel. Salí, fui a un concierto de banda juvenil en Mislata y no sé si comí o descansé porque a la tarde, como en la víspera, anduve de procesión a la Mare de Déu. Hay devociones difíciles de explicar: ésta es la más complicada. 


Valencia estaba radiante: me pare cual turista a retratar con mi cuenta de Instagram una estampa valenciana. Y me vi a mí mismo recitando versos de amor a la piedra. Adoro esta ciudad, sin duda alguna. Querer es lo que tiene, que no se puede explicar (ni se debe). Como tampoco debe explicarse cuando se acaba el amor o se quiere apartar de uno. Son cosas de la vida, duras como la piedra, incesantes, dolorosas... En estas resacas de San Isidro, la verdad, es que yo solo me aparto de mí mismo, que ya es bastante. Aunque reconozco que en la misma medida que me quiero. Lucho conmigo (en batalla constante).


Disfruté a la verita de mi gemela de la procesión, probablemente el último acto conjunto de un reinado magnífico: fantástico. Lo pasamos bien, casi sin calor, aunque caía el sol a destajo como cuchillos en serie. Anduvimos y hablamos, reímos, lo pasamos bien. Muy bien. Y rematé cayendo en el sueño del fin de semana alargado por eurovisiones de barba en oros y procesionando devotos.


El insomnio reapareció pero en pequeñas dosis: las rematé con dos siestas dispersas. En cualquier caso no me quedé despierto para pensar, pensaba y no dormía. Intentaba reorganizar la vida incluyendo dos días de cursillo de liderazgos que impartieron lunes y martes. Me parece ahora tan lejano... Y algún mensaje por descontado. Y alguna llamada. E intentando poner al día todos los renglones torcidos. Cada día más ocupado, sí. Pero también, cada día, mucho más colocado. Y seguimos. La vida, en ascenso, es un camino de Machado (de polvorientas sendas).


Seguí, pues, con mis agendas y mis estreses. Seguí visitando el Tribunal (jamás pensé que en un rincón de tanta distinción) para disfrutar de una herencia de tradiciones por conquistar. Luego comí con mujeres en La Canaleta y acabé en el dentista retocando colmillos (para morderte mejor).


El día de San Isidro, 15 de mayo, ayer, pasó según lo previsto. Y reconozco que preví mucho. A la espera de que de aquellos insomnios y devociones surjan anhelos de mañana que rezo en mis oraciones... 

lunes, 5 de mayo de 2014

EL DÍA TAMBIÉN

Me voy a dormir casi ya. Con un pinchazo de mosquito, parece, junto a la rodilla. Una portuguesa llorando en la tele. He acabado la primera temporada de Isabel, de la que tanto se entiende, y me iré a la cama. Mañana será el martes de una semana de cinco días. Los gritos siguen en la tele. La espalda me la estiran dos caminos verdes: la garganta me repica con regusto a chocolate. Lunes, de revisiones de gas y compras de hogar. De sepia a la plancha y tréboles blancos. Un mensaje que me alegra: "Eres muy grande Jaimito". Y el recuerdo de que solo me llamaba así el tío Aurelio. En taxi llego a un acto del Centro Cultural, paso por la sede y me voy a casa. Ceno con picoteo antes y no me acabo la ensalada. La noche se ha acabado. El día también. Es suficiente por hoy. Y mañana, como en la película, será otro día...

domingo, 4 de mayo de 2014

AMÉN


Nadie se lleva a engaño si pensamos que nada es más importante que la madre de uno. Y hoy que es el día de la madre, me pongo delante del teclado, rebusco fotos, y entre el disco duro que sigo sin recuperar y la falta de memoria me doy cuenta de las pocas fotos que tengo de mi madre. En su día, además. Así que, como metáfora de la buena fortuna, rebusco en el año pasado y recupero la que ya usé en este blog para volver a decir lo que tantas veces puedo haber proclamado en grito o a silencios: que te quiero mucho. Y que feliz día (un día más) de la madre. Qué bien merecido lo tienen, vaya...

Empecé este domingo de resaca de fiesta de la Santa Cruz, después de cenar anoche con ajoaceites y embutidos en la Cruz de Mislata. Me regresé relativamente pronto a casa después de hacer un "rogle" bajo la humedad de septiembre. Al regresar para casa nos topamos con un coche ardiendo que nos retrasó y con los ojos cayendo por el cansacio millar, me enderecé directo a la cama sin más atajos. Me desperté esta mañana que hubiera seguido durmiendo, pero aún así antes de la alarma. Aurora me dijo que pasó por el blog y hablando de la vuelta de su cuerpo a la vida. Ángel va genial (no sabe cómo me alegra cada vez que me lo dice). Me ducho y traje: misa, vino de honor y mascletá.

No cociné abrí dos latas de mejillones y unos boquerones. Galletas del Príncipe y capítulo de B&B. Luego otro de Isabel. Y ahora soportando este cansancio recargado que mañana me tienen que quitar, espero, mientras el calor viene con alma de julio. Cae el sol del todo y aún me queda por delante una procesión más y una noche. El sueño ya viene... Espero que para cumplirse.

Pd: Qué difícil es deshacer las madejas de los deseos, cuanto le cuesta al que ve quedarse ciego por voluntad. Y aunque cierre los ojos, el corazón late con su voluntad, que se dispara a días y se duerme otros... Así pasamos la vida. Hoy con ritmo de salsa cubana y conformaciones de nuestro propio destino... Lo que podría ser y nunca será. Amén.

sábado, 3 de mayo de 2014

MIL VECES DIRÁS JESÚS

Sábado 3 de mayo. El día de Santa Cruz, dirás mil veces Jesús. Piedras y ermita: recuerdos de adolescencia y de un sol contundente allá en la colina, al final de un camino que descubrimos cuando el pueblo decidió regresar a su fiesta. Hoy el panorama bien distinto: me desperté antes del despertador y con el cansancio acuestas de un viernes alargado. Ayer me desperté más pronto que nunca y me fui al despacho. Cuando acabé vine a comer tarde, como acostumbro y eché la tarde hasta que me fui a la reunión con Luis y Jorge en el Cyrano. Enseguida a La Virada: vino, bravas, pimientos y rabas con Manolo. Puesta al día: algún whatsapp y no cena (porque no cené) en la falla. Primera Junta del año: aprobamos los presupuestos. Copa y planes de pasado mañana. Recogida y al Cyrano: Mamen Osuna, mi Paca, y su primo esperaban junto a la barra. Allí nos echamos un cubata y unas risas. Planes de escapada, también con Aure. Y recogida al final de la noche hablando de lo divino y de lo inhumano con Miguel Ángel, Moni, Marta, Dani, Lorena, Borja... Cerramos y me fui con Juanjo a casa.

Esta mañana me levanté y me fui a almorzar al casino. Visité las cruces de mayo y vine a casa a comer unos boquerones (de la madre de Cris, nadie los hace tan buenos) y un poco de queso, huevos revueltos con ajos tiernos y tarde de tele y jardinería. Dejo primaveral la llegada del viento nuevo a casa, y me divierto entre un capítulo de B&B y uno de Isabel. Una gran frase del rey de Aragón: "De esto, todos, debemos sacar una conclusión: ganamos cuando llevamos la iniciativa.". Moleskine mental destinada a desaparecer pronto...

Me voy. Tengo cena (torrá junto a la Creu) y a dormir pronto. Me escribió DM, pudo ser para un plan de hoy pero es para el miércoles.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...