lunes, 24 de febrero de 2014

SIN VERGÜENZA (ASÍ SEPARADO)

No la tengo, lo reconozco. Pensaba que llevaba menos días sin acercarme a esta ventana abierta a la que hoy me he obligado. Pero resulta que hace una semana que no venía por aquí a deciros nada de lo que me pasa. Que sepáis que es por eso mismo: imaginad cómo va la agenda si pensaba que hacía nada que os había estado contando las mil y una noches...

Así que os subo unas cuantas fotos y os las voy contando según las ordene el ordenador, que para eso se llama así... Y justifico de una vez por todas por qué os tenía abandonados.

Lo digo sin rubor, sin vergüenza ninguna (así separado).


El viernes fue la Gala Fallera, que es un poco como "vamos a liarla que las fallas están cerca", aunque este año están más lejos de la susodicha noche que nunca. Nos montamos mesa totesfestera mi Laura, Kike Alós (que me mató de la risa con Brad Pitt en "Troya"), su marido Edu Cervera - a la sazón, con quién le casé -, Paloma y Bárbara, Boro Peiró y Quique Collado. Nos reímos de lo lindo. Sin parar: fallereando, aquí y allí. Sin parar nada, como se espera de nosotros y de festival. Que es lo que se esperaba de la noche. Me entristeció al final, antes de subir al coche y que Boro nos dejara en el Da Vinci, una conversación con alguien que anda por la mitad de lo que fue, en todos los sentidos. Ánimo y hacia arriba que siempre hay consuelo para todo...

Dormí poco: escaso diría yo. Porque ya sabéis cómo me administro los sueños y las pesadillas. Me llegan siempre si hago siesta, por eso siesteo tan poco. El sábado, ya en harina, fue el día de la cena de la Fallera Mayor. Laura estaba estupendísima, con su moño a lo Paula Echevarría, y María y yo fuimos cenando y charrando con los pequeños Jorge y Clara, que cada día enamoran a más gente, lo cual también me parece lógico. Cenamos, hablamos, impusimos, repartimos llibrets, bebimos, bailamos, cantamos y redondeamos la noche en el "Noise", que desde esa noche me parece la discoteca más cutre de Valencia. Lo pienso además por orgullo de amigo, aunque creo que él no lo entiende.


Dormí poco una noche más. Pero con el corazón contento y con una idea muy chula, la de Laura, que nos regaló a todos narices de payaso, de Theodora, una asociación. Laura sigue siendo corazón. De dulce, vamos. Y nosotros, que no ponemos reparos a nada: a nuestras narices, sin vergüenza (así separado).

  

Pero lo dicho: casi sin horas. Dormí tres a lo sumo y en taxi llegué al Talia. Me asusté. Tenía que cantar en directo (sin vergüenza, así separado) en la presentación de Na Jordana que me invitaba a hacer un cameo. Fue muy especial. Muy mucho. Volver con Arantxa, que era su cumpleaños. Compartir escenario con Nuria y Carmen, con Vero. Ver en las bambalinas a Carmen y Jose, a Pere, a Jose el cada vez menos hijo pequeño... En fin. Un subidón. ¡Con Jordana! Miré al palco desde el que miraban mi madre y mi padre con Angelita. Y el tetro. Actuaba en el Talia y con una falla que en el escenario es más que Dios: Jordana. Me envió un mail Álex que andaba por allí. Hacía mucho que no le veía, me presentó a sus padres en el hall, antes de ir saliendo y encontrarme de nuevo con Miguel Ángel y Moni. Vi a Jesús y Cristina, anduvimos por allí un rato y nos fuimos andando a la falla a comer. Tarde de Crida.  La pasé retrasmitiéndola para la tele, antes de irme con Mabel, Laura y Alberto a cenar al Foster's Hollywood.


 Pero de las buenas noticias, de las que no hemos parado, el miércoles pasado fue la lectura de premios. Ya escribiré cuando pueda, pero adelanto: ¡Primer premio de presentaciones, primer premio de actriz y primer premio de actor...! Espectacular. De verdad... y ya seguiré contando. Si se puede.





lunes, 17 de febrero de 2014

DÍAS DE MUCHO, VÍSPERAS DE MUCHO MÁS

Comencé el fin de semana intentando miguelear de una manera zen, la más zen posible. Nos arrolló el tiempo entre que llegué del taxi y me tuve que ir a reunir con mis socios en el Bautista Martí. Llegué el primero y ocupé un sillón de esos orejeros, que salen en las revistas de moda. El sitio es molón y bien lo vale. Me tomé un capuccino vienés y una botella de agua, la mitad de la cual dejé caer sobre la mesa. Hablamos de lo nuestro y quedamos para esta semana. Desconvoqué yo la reunión porque tenía sarao nocturno, ducha y traje de indumentaria por medio que ponerme. Pero antes me quedé sorprendido, con el café ya tomado, viendo los sobres de azúcar. Eran aquellos sobres que fotografié en el barrio musulmán de Singapur, en el bar de la esquina, por el que fue cayendo toda la humedad del día. Y aquí, casi a 13000 kilómetros del lomo, volvieron a mí para recordarme, debe ser, que en mi vida pasan cosas geniales que debo recordar a toda hora...


La noche, como decía, fue de sarao fallero. Teníamos la gala de la cultura donde la falla nos volvimos a casa, o mejor dicho al Cyrano, con tres premios de más: el quinto de obra por "Ay Carmela", el de mejor obra inédita por "Outdoor training" y el de mejor escenografía. Luego, risas y noche, camino al Cyrano y cierre del local. Pasamos por la falla y nos fuimos al Da Vinci. Manolo y yo hicimos de tripas corazón y nos fuimos a la Posada, a rematar la noche, que cerré en un taxi pensando en mil cosas.

Llegué a casa y bajé la persiana porque quería alargar el sueño todo lo que pudiese. Pero da igual, el reloj biológico me dejó al borde del cansancio cuando me tocó levantarme. No duermo. Es mi vida, siempre ha sido así. Y sigue siendo, aunque reconozco que un sábado remolón se lo gana cualquiera, yo me los dejo para más adelante. Para cuando toque. Me levanté, decía, y me puse a hacer llibret, también contrarreloj porque así lo marca el vademecum del buen fallero. El fin de semana nos ha valido para acabar el llibret a destajo. Y para acudir a los actos que también teníamos por fallerío.
El sábado tarde me recogieron de nuevo Laura y Pepe para acudir a la presentación de Maestro Aguilar y de ahí nos cenamos unas papas con algunos falleros de la Agrupación y volando, con Jose, al Musical, a disfrutar de la presentación de Sevilla - Denia.



Tuvimos momento de risas con el intercambio de parejas falleras con los amigos de Avenida Peris y Valero y cerramos en Cyrano, con ataque de risas, Edu y Kike, Laura y sus amigas, recordando cómo se puede ir por la vida sin ojos, yo que también soy blogger. Muy blogger.


Al final, me repesqué el domingo. Me desperté y seguí con el llibret. Sólo paré para hacerme un capítulo más de "Isabel", vaya enganche llevo, oiga. Y luego a seguir con la marcheta: acabé mi domingo haciendo una tortilla de patatas, la última antes de ponerme a dieta, que ya va tocando. No lo digo yo, la báscula que tiene sus quisicosas: 89.400 gramos. Y agradecido, el domingo rondé los 90 (y nos los boté por vaguería.).


Hablando con Mabelón, de lo divino y de casi todo lo humano, encendí la tele y me ví en el "Tot és Festa". No suelo verme, no me gusta. Pero me quedé a seguir el programa (algo que nunca hago) y reconozco que me divirtió, especialmente porque había momentos que en pocos días había borrado... Estoy que no paro. Hoy regresé al trabajo, comí ternera como dice la dieta y me reuní por la tarde con asociaciones de vecinos para hablar de Sanidad. Ahora tecleo desde la sede, esperando que mis compañeros bajen de la comisión e iré a casa a preparar unas pechugas para irme a la falla. Penúltima directiva del año fallero. Nosotros, que somos así. Esto sube de temperatura, aunque le pese a la ciclogénesis explosiva. Son días de mucho... Y lo que es mejor: vísperas de mucho más.

jueves, 13 de febrero de 2014

LA MAGIA DE LA RADIO



El 16 de junio de 1994 me senté por primera vez ante un micrófono en la radio. Creo que el día era ese, aunque pensé que era martes y hoy, al revisar, ví que era jueves. Era la 92.4 de la FM. Y desde entonces, han pasado unos cuantos años y unos cuantos diales más, pero la pasión sigue (que siempre es lo más difícil). En este camino sonoro, he encontrado a maravillosas personas que eran, al mismo tiempo, grandes profesionales. Algunos, hoy, mis mejores amigos... Pero sobre todo, gracias a ellas y a ellos, he podido vivir momentos que no olvidaré nunca... Que me han hecho vivir, y que me han ayudado a crecer... Gracias por creer en la magia. Feliz Día Mundial de la Radio!

El día ha empezado con nostalgia, de micro y de ondas, de tantas horas de radio, en las que lo he pasado genial. Y una sorpresa: al repasar aquel momento de tertulia sobre Selectividad, que aún recuerdo como hoy (qué corta se hizo aquella hora, pardiez, porque lo bueno siempre pasa pronto) me he dado cuenta de que este año serán veinte años de micro... ¡Veinte! Que se dice pronto (y da una idea de cómo envejezco... cosa que se lleva (peor)).

Ahora mismo volveré al micro, aunque la verdad que tengo el mismo dolor en los hombros y sigo pegado a un llibret de falla que no acaba de nacer. Comí con Acosta y Mabel, nos pusimos al día en el restaurante italiano de la calle Doctor Serrano que tanto me gusta y que me cuesta recordar... ¡Sorsi e Morsi! Almaceno mil y pico datos que no creo que tengan mayor valor en la vida y acabo como me dice Nuria tantas veces recordando aquellas cosas que nadie recuerda. O como Rosa, en aquellas escapadas a Rubielos, en las que tanto se quejaba de no tener ninguno de los recuerdos que teníamos los demás... Y que mantenemos. Cosas de familia.

Pues eso, que estamos a jueves. A jueves pasado por la concentración de coles en el Ayuntamiento y un cortado con Sanchis, Pepa, Lola e hijo en el Menjant. Mañana 14 de febrero, San Valentín y gala de la cultura. Y tantas cosas más... Los fines de semana se pegan entre sí ahogando lo que nos queda por medio. Es inevitable, vaya que sí. Y en eso seguimos, como siempre. Contra la agenda, apretando, batallando, luchando y mirando al cielo de vez en cuando...

Me vino una idea a la cabeza. Tendré que darle dos vueltas, pero huele a algo más de proyecto de esos que hacen que luego la gente me pregunte de dónde saco el tiempo... En fin, seguiremos contando. Feliz jueves (o lo que queda de él)...

Pd: Hay que ver Raphael que dramático se pone... 

miércoles, 12 de febrero de 2014

A FALTA DE LITERATURA


Me ha gustado leer a Natalia recordando a la Lina en su facebook. Yo también la tuve ayer, día del aniversario, en mi cabeza todo el día. Qué fuerza de mujer... Que personaje secundario de los imprescindibles en cualquier peliculón fue en la vida, que se mantiene aún viva. Mientras el recuerdo quiera...

Estoy esperando a que empecemos el programa de esta noche: las fallas se acercan con una bola de tensión agarrada a mi hombro, debido en parte al estrés que se presupone, que se espera. O que sin darme cuenta ya tengo aquí. Anoche me fui tarde a dormir dándole al llibret y hoy he seguido. He descubierto que a mi colchón le sobra vida y a mi silla de despacho años, o le falta anatomía. Me noto descolgado. Y viniendo en el taxi, echando horas, me planteo como me siento, para escribirlo hoy y pienso: "ni pienses". Y así sigo, ultimando detalles y cerrando días... hoy, miércoles, a punto de levantar el telón de la tele y de cerrar el del día. No sé cómo. Aunque podría intuirlo.

Acabo de encontrar esta foto y la he compartido en el facebook. Me llamaron los papás para decirme que se iban. Tomé dos cafés esta mañana y cociné un solomillo. Ahora hace calor, en el despacho de la tele, de esta callada redacción sin horas ni bolígrafos. Me voy para el plató. Eso, que decía que encontré la foto que os comparto también aquí. Y qué gran verdad... De las explicaciones, los amigos no las pretenden, los enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden. No hace falta más literatura... Se va el miércoles. Y yo con él.

martes, 11 de febrero de 2014

CICLOGÉNESIS EXPLOSIVA

Pasa por España una ciclogénesis explosiva que nos deja el cielo plomizo y el frío en los huesos. Recuerdos de aquellos inviernos de infancia de un Sarrión nevado, donde fumábamos a escondidas y nos encerrábamos en la Residencia o en el González, con sus tantas tardes de futbolín y paseos de pipas. Con este frío a cuestas, nos vamos acercando a las fallas de una manera vertiginosa, asusta de verdad. Y con una agenda, movida por la tele, la falla, las fallas, la política, la vida y el Cyrano que dejan lugar a poco más. Si acaso, a dormir.

Anoche volvía a casa de casa de Laura y Sergio, de hacer llibret, con Ángeles que andaba por allí. Volvía, digo, andando por el frío, pensando en las fallas, tan cercanas y con tanta faena por hacer, y en mis quehaceres políticos, sobre los que tanto toca callar. Ay, del silencio! ¿Nadie me responde?

Me confundí por ir mirando el móvil y crucé por la calle que no tocaba y cuando me quise dar cuenta pensé en rectificar y echar marcha atrás. Pensé que no: indagué a mi alrededor y decidí una nueva ruta. Y seguí mirando al móvil y haciendo mi camino. Paré de nuevo y miré al frente. Y me encontré a Raquel pasando ante mí, sin darse cuenta ella tampoco de su camino ni del mío. Le llamé, gritó y nos metimos en el "O'clock" a tomar un vino, que fueron dos, hasta que llegó Pablo. Hablamos de lo humano, porque ya no queda nada divino de lo que decir, y rematamos en la Plaza de Patraix, con su sabor a pueblo, picando unas bravas, unas rabas y algo más. Estuvo bien muy bien la noche. Se lo dije a Pablo regresando a casa: que soy un tío afortunado. Y vaya si lo soy. Las casualidades, si existen, nos toparon entre el frío, dejándole a la ciclogénesis un sabor especial a magia de noche.

Regresé a casa y me apuré a dormir. Escribí algo por whassap y dejé que el cansancio del fin de semana me rematara sobre la almohada. Hoy martes me desperté con el mismo frío o un poco menos. Me vine a trabajar.

Cerramos el miércoles pasado el "Tot és Festa" y nos fuimos a cenar, con Pepa Oliver, a la que conocí esa noche. El jueves tuve resaca de cansancio y despacho. No recuerdo más. Tendría que hacer un esfuerzo casi supino por llegar a las ocho de la tarde, que tuve acto con Jorge Bellver en Mislata del que salí en taxi al Tito Montadito. Habían llevado el ninot a la exposición del mismo y luego cenamos un algo. Yo aún rematé la noche en Cyrano, leyendo algunos argumentarios, y pensando algunas cosas, que ya he borrado...

No merece la pena destinar recursos a cosas sin solución o a personas con el mismo destino... Al final, las aguas, o vuelven a su cauce o se desbordan. En cualquier caso, son incontrolables. Manejo mucho mejor este 2014 la montaña rusa de la vida: lo prometí ante las olas de Bali. Que suenan lejanas, pero aún suenan...

El viernes despacho y tarde de concierto. La noche en el "Tomates Verdes" cenando de reencuentro con la panda del Procono. Y la alegría, una vez más, de ver que hay gente con la que la vida no pasa. Era como si en vez de casi una década, hubieran pasado diez minutos. Y mereció la pena volver a encontrarnos... Me fui en taxi, con Juanma, ya que a las diez de la mañana tenía acto en Torrent. Allí estuvimos, con el president y los consellers. Y regresé a casa para organizarme la tarde, picar algo en Dr. Waksman y llegar a Dr. Olóriz y su presentación, que nos supo a risa.  Pasamos por su casal y aún rematamos Manu y yo en el Cyrano, antes de regresar con Juanjo a casa, él que pensaba que le habían robado el coche.

El domingo estuve en Aldaya, en el nombramiento de la Reina de las Casas de Andalucía, una guapa Mikene que tiraba de espaldas. Y llegué a casa para comerme a las 16 una deconstrucción de pizza. Si llego a estar en Masterchef, me expulsan sin más y con razón. La tarde me eché en el sofá a ver "Isabel", la serie de la reina que me engancha ahora y a escribir algo de la historia de nuestra falla en el llibret. Y por la noche, ví los Goya más imposibles de la historia y twiteé a destajo antes de irme a dormir...

Ayer lunes, además del trabajo, a las cuatro y media tuve una reunión en la tele para cuadrar las fallas que tenemos a la vuelta de la esquina... Y luego, al saber que no me había tocado la quiniela, seguí caminando hacia casa de Sergi, con el llibret y tantas cosas en la cabeza...

Hacía cierto frío, y pese a lo ajetreado de la agenda, se empezaba a sentir la ciclogénesis explosiva de la que todo el mundo habla, con tanta familiaridad como de la prima de riesgo, el Ibex y tantas cosas que llegaron a nuestra vida, sin más... Dejaremos que caiga (como siempre).




lunes, 3 de febrero de 2014

SAN BLAS, SAN BLAS...

Inicio mes bloguero, febrero. Lunes de frío de mil rayos distintos. Casi todos de su color. Me ronda por la cabeza cómo decir no cuando me digan algo. Es lo que me pide la calma, incalmada, que vivo siempre. Voy a tope. Se me ha ido enero de Bali a hoy de una manera agitada e inexplicable. Soy consciente de que me quedan mil cosas, pero a mi manera voy sacándolas con un provecho fantástico. Lo hago. Lo consigo. Llego. Y me sorprendo, aunque intento hivernar a minutos porque los lunes llegan cargaditos de todo... Sin embargo hay cosas que no hivernan. Siguen la cabeza, el corazón, las piernas, los pies... todos a sus cosas. Sin hivernar.

Después de un fin de semana a tope, empecé una semana con la misma intensidad. Me puse como conté ayer en el facebook en modo fallero on. A tope. El viernes por la noche estuve en la falla; después cerrando Cyrano. El sábado por la mañana tuve almuerzo en Mislata, luego me fui con mi Laurita Cu de presentación con los de Puerto Rico y me cambié en el despacho de Clero para irme al Astoria a presentar el Tio Pep. Cenamos allí. Nos pusimos al día, con Mabelón a la diestra y Gueguel en la izquierda. Una noche divertídisima que nos llevó luego al casal de Luis, al rato al Cyrano y rematamos en la Posada con Laura y sus dos amigas.




El domingo tuvimos el bautizo de Cris. En la parroquia de los Ángeles: me recogieron Tato y Gema y pasamos el día en familia. Con Álvaro, que cada día es más guapo, con María y José, de padrazos totales, con Cristina, tan bebé... Fue un día genial. Lo rematamos en la Sala Russafa viendo "El muntacàrregues" y en los premios Bernarda. ¡Y fue para Noscarmientas! Así que, festival auténtico. Laura me trajo a casa y pensé que moría...



Hoy, día 3: san Blas. Recorrimos Torrent bajo el frío y recordé aquella vez de niño que papá me regaló una pelota de goma que hoy sería arma letal. Y ahora, al pensar en el santo de la garganta, recuerdo como decimos Sanblás, sanblás... cuando vamos a atragantarnos. Y pienso ahora, final del día, sobre quien se atragantará... ¿Quién? (Me encanta dejar estas incógnitas que luego ni yo mismo descifro).

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...