martes, 31 de mayo de 2011

ADELANTE


Lo dice la tele: los pepinos españoles no tienen la culpa. Pues válgame Dios, menos mal. Porque la gente se empeña en buscar siempre culpables de todo y en todo, y saber ya que los pepinos españoles no tienen la culpa, pues quieren que les diga, ayuda a salir hacia adelante... Hacia allí voy, hacia adelante, no hacia las idílicas piscinas naturales de Pobra. No hacia el cielo ni los infiernos... Yo. Yo, que a las cabañas bajé, a los palacios subí, a los claustros escalé y en todas partes dejé memoria amarga de mí,... Hacia adelante: sin ningún dato más.

He empezado a escribir una libreta con detalles. Porque en la vida hay que tenerlos: mi día que empieza con un café con sorpresa en la calle, con un camino en la mañana y un echarme el mediodía en ningún sitio. Llegué con mi ansiedad a casa dispuesto a comer, pese a la báscula, todo lo que se me caiga encima y, ahora, que se me va la noche, me empeño en escribir algo antes de ponerme a arreglar la casa y ver la tele... Mañana tengo cita a las doce de la mañana con una jornada de tele, grabando una publi de Loewe. Luego comeré y me reúno con la intención de seguir adelante... Y me pongo a preparar el programa de la tele y el pasado mañana. Haré el programa por la noche y planeo escaparme a picotear algo. Aunque sea mi curiosidad.

Me siguen llegando las llamadas que dan por hecho mi futuro si bien me dan a mí alas para que vuele. Y doy las gracias. Porque sigo recibiendo el abrazo que no requerí, el cariño que no me urgió y el aplauso que no esperé. Y eso me hace sentir tremendamente afortunado... Aunque esta tarde, el run run de mi yo, que pasa por mañana, me sonara a la espera de saber si esa fortuna será la mía... Oh, destino (que no llegue tarde mi mañana ni se vaya pronto mi ayer.).

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Segundo reto: que las aptitudes que me preceden las sienta yo como espejo de vuestras palabras.

lunes, 30 de mayo de 2011

RETOS


Será que me habré hecho mayor,
que algo nuevo ha tocado este botón
para que Peter se largue...

Y tal vez viva ahora mejor,
más a gusto y más tranquilo en mi interior
que Campanilla te cuide y te guarde...

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Lo siento. Me dejé, os dejé. Abandoné los zapatos viejos y las horas de candilejas, me fui por el camino del olvido y del descanso y me agencié horitas de sueño y risas, me aparté del camino que venía recorriendo y me repuse sentado en la piedra del camino.
Perdimos las elecciones: y respiré. No por alivio, ni por lamentarme. Respiré porque llevaba tiempo encorsetado y necesitaba respirar. Hondo. Respiré. Y sentí enchirse los pulmones, miré hacia el cielo y me quedé con la mirada puesta en el desconcierto, escuchando el móvil y planeando qué hacer pasado mañana. Me gusta la política, creo en ella. Creo que es una manera de gestionar la cosa de todos, la res pública, y creo en la honradez, la honestidad y el trabajo por los demás. Estoy agotado de defender el papel de los políticos y, ahora, se abre por delante una nueva época, de cuatro años, que aportará muchas cosas nuevas... Que sumará. 

Pensé que perder unas elecciones me derrotaría, me derrumbaría después de tanto trabajo y no. Me izó hacia arriba, hacia el cielo: me subió, a la espera de caer y por el momento no ha habido ni caída ni recaída. No diré que es un orgullo haber perdido las elecciones, pero sí batallarlas y con juego limpio. Siempre. Hay que creer, hay que sentir, hay que vivir... Y yo lo hago. No celebro haber perdido unas elecciones, pero por primera vez en la vida, reorganizo mi mañana con una madurez optimista en la que pienso que se abren nuevas puertas, que llegan nuevos caminos,... ¿Hacia adónde iremos ahora? Me gustaría de repente clavarme dentro de diez años, en 2021, y averiguar qué fue de mi camino... Yo voy soñando caminos de la tarde...

Me escapé a Galicia: ya os contaré. Me escapé a respirar, a coger distancia, a vivir... Y he vuelto. Ahora, me queda el camino por delante, seguiré respirando, cogiendo distancia y acercándome a las realidades. Seguiré viviendo, que no siempre es fácil. ¿Se abrirán puertas? Espero que entre el aire fresco que venga a renovarme... Suena la música en casa y decido qué escribir. Ahora, todo es distinto, ni mejor ni peor: distinto. Y me gusta. Mi amigo Leo me dijo un día que me gustan los retos, bueno me dijo que se lo había dicho a otra persona de mí, y yo que tantas veces me he sentido tan cobarde, encuentro motivos para la alegría, para ser valiente, para afrontar el futuro,... Llegan nuevos tiempos. Retos. Vallas que saltar, que diría la Mabelón... En estos días he recibido una caterva de llamadas y mensajes, de apoyos. Algunos inesperados me han demostrado que estoy bien rodeado y ese es mi principal reto, seguir rodeado...

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Reto 1: Hacer de la sonrisa una maleta.

jueves, 19 de mayo de 2011

ETIQUETAS



España acampa por un cambio en la política, lo hace en las plazas mayores reclamando una nueva manera de ser gobernados, pero no una nueva forma de pertenecer al gobierno o de participar en la vida social. Yo hace cuatro años dí un paso, decidido, por cambiar la sociedad en la que vivo: ese cambio me ha permitido soportar estoicamente comentarios sobre lo bien que me había "colocado", aguantar debates de política en mis horas de ocio, comprobar como la gente piensa que los políticos nos enchufamos o enchufamos a los de alrededor... Quedan poco más de veinticuatro horas para cerrar una nueva campaña electoral. Los que creemos en esto, los que estamos decididos a trabajar por la sociedad, echamos ahora el resto en campaña que es el proceso habitual que precede a la apertura de urnas. La revuelta social, la que algunos intentan injustamente comparar con las revoluciones recientes de Egipto, nos acompaña con otro ritmo. Y a mí, que me apasiona ver que la gente, y especialmente los jóvenes, se colectiviza y nos reclama cosas, me hunde la pena de pensar que no hay tal revolución inocente y espontánea. Que hay algo más. Y es, ese mismo algo que a diario me ha hecho batallar, desde dentro de un partido político, por mejorar la ciudad en la que vivo y convivo.

Esto no deja de ser una declaración de intereses, personales e intransferibles. Por dejar claro que creo en lo que hago y que a ojos de muchas personas mi trabajo de poco o nada servirá, porque la gran mayoría piensan que yo, lo único que he hecho, es colocarme. De poco servirá que diga que cobro ahora menos que antes de estar en política, que no he conocido a nadie que me haya prometido nada, que no me haya abierto ninguna puerta (más bien al revés) o que me dejen decir que yo, sintiéndolo por el saber popular, no me he colocado ni me han enchufado en ningún sitio. Me gustaría pensar que esta "revuelta social", la que ya tiene líderes que hablan con los medios de comunicación, nace de la espontaneidad y de las ganas de batallar, de dar el callo, de cambiar las cosas... Si fuera así, que nadie lo dude: sería el primero en coger mi cazadora y bajarme a la plaza para dormir al raso. Pero, ¿por qué este proceso, esta revolución pautada, llega a tres días de unas elecciones? Llámadme desconfiado, pero... El mayo francés de estas lluvias españolas dista y mucho de una realidad social. A qué esperaremos ahora... Romperemos la jornada de reflexión (y no será la primera vez), batallaremos los unos desde aquí y los otros acullá y el domingo, derrotados y vencedores, ganadores y vencidos, volveremos a los titulares de un fin de semana pasado por agua y urnas. ¿Justifica este movimiento la abstención? ¿Provocamos que los jóvenes se alcen en rebeldía antes que den su voto al Partido Popular, a la derecha? No me siento parte de una derecha, me siento parte de un colectivo que de verdad trabaja cada día por mejorar una sociedad. Y el resto de las etiquetas, me vienen grandes... Demasiado grandes.

miércoles, 18 de mayo de 2011

DECADENCIA


Hay caídas, como las del cielo, que son gloria bendita. Hay decadencias sempiternas que nos condenan a empezar de nuevo, a crecer, casi a nacer, huérfanos de pasado y volver al vuelo. Hablo de nuestra decadencia, de la personal, de la de cada uno. Nos sentimos a menudo abatidos sin saber ni tan siquiera por qué, pero nos sentimos amodorrados, fuera de lugar, sin ganas de y con penas por, desmontados, desorganizados, como si el corazón que late no fuera nuestro... Sin embargo, piensa en el cielo cuando cae: no es algo maravilloso. Deberíamos de aprender a parar de repente, en mitad del atardecer, y salir a nuestras ventanas para ver la decadencia de cada día. Nos perdemos mil atardeceres y no es de ley. Se cae el sol, nos cierra el día y nos quedamos acobardados, en silencio, sin mayor cabilación que nuestras preocupaciones o incluso inmersos en una cantidad de nadas que nos apartan de un momento tan excepcional...

Sé que a mi alrededor tengo amigos que viven horas de decadencia y les pido que vuelen, o que salgan a la ventana cada atardecer para que comprueben que el sol cae para ellos. Cuando os sintáis abatidos, como ahora, pensad que queda camino por delante y aunque no importe cuál es, empezar a andar ya es bastante. Me siente peregrino de muchos de esos caminos que se crecen ante mí como escapes de salida o direcciones que nos llevarán, quien sabe hacia adónde. Y en ese paseo general, en el que cuando me he sentido decaído estaba más decaído que nadie. Y ahora, desde una tribuna alejado, preocupado sólo por mis preocupaciones, que me dejan sin atardecer los próximos días, muchas de las batallas que mi gente estáis librando las observo, en distancia, casi como un espía acurrucado, en silencio. Pero no creáis que no las veo, que no las miro, las analizo e intento combatirlas... para cada cosa su tiempo. Y para cada tiempo, un cielo en decadencia.

Lee estas líneas. Leélas tú que te sientes ahora tan abatido o tan abatida, que no ves cielos, ni crepúsculos, ni atardeceres... Tú, que te has dejado empujar por tu decadencia negra y oscura. Párate a leer mis palabras de amistad, ahora que tengo tiempo para nada, y sé una imagen sincera de algo que queda escondido muy dentro de ti: ¿qué motivos tienes para la alegría? Pues coge ése, el que te place, el que nos puede acompañar, el que te hará disfrutar de un cielo de primavera con nubes otoñales y exprímelo, házlo tuyo, y mío, compartido. Comparte conmigo ese momento fantástico al que te quieres coger y yo, de la mano, te llevo a mi ventana para que veas la decadencia absoluta de un nuevo día... Porque mañana, mi querida amiga, mi fiel amigo, el día nos regalará otra decadencia mayor con la que sentirnos afortunados...

martes, 17 de mayo de 2011

AMOR DE MADRE (Y DE PADRE)



Me alargo en la madrugada consciente de que se pasa la noche. La tele hace rato que arde sin que la mire, si apenas la escucho, tal vez entre el griterío. Quisé escribir esto antes de la medianoche, para que mi hoja se perdiera en lunes, pero las elecciones y el cansancio, a tiempos desiguales, marca el ritmo y la pauta, a la espera de que llegue el próximo domingo.

Ayer rompí ese tempo: ayer volví a comprar la prensa, mis tres periódicos de domingo, por la mañana. Me recogieron Rosa y Óscar, con Edurne y su coche nuevo para ir a l'Eliana. Comimos en familia. Papá y mamá celebraron cuarenta años de casados. No me gusta el tiempo fugaz que vuela cuando veo como envejecen los papás, y sin embargo lo adoro al ver a la pequeña Edurne inventarse mil mundos que compartimos con mi falta de madurez y su ingenio desbordado. Cuarenta años después, con María Jesús y su mano vendada, con Ángel, sin Marta que se adolescenció ella sola... Pasamos la tarde comiendo y bebiendo, costumbre mediterránea. Luego nos fuimos al jardín a beber champán. Yo un café del tiempo. A hablar del mundo y de lo venidero. A echarnos unas risas y hacer planes de futuro... no consigo imaginar los planes de futuro que harían mis padres hace cuarenta años. Se casaron por quererse, soñarían con que llegaríamos e intentarían buscar una felicidad que confío han encontrado.

No hablaré más de papá y de mamá, porque ellos no leen hojas que pierde su hijo. Pero me siento terriblemente orgulloso de ellos, de lo que nos han dado a Rosa y a mí, de lo que fueron capaces de inculcarnos ellos que tuvieron ausencia de casi todo y de cómo batallaron para llegar hasta aquí. Y seguir. Les debo casi todo lo que tengo y un bagaje de cariño que me administro con mil recuerdos... Lamento recordarles trabajando hasta que ya me había ido a dormir, pero me alegra recordarme acostado sobre mamá en el balancín, frente a la tele. Comiendo en la cocina. Subiendo en coche a Sarrión o bajando del pueblo escuchando la radio o una cinta de rancheras, que siempre fue la misma... Vaya mi más sentida felicitación y el abrazo más fuerte que me salga por tanta generosidad como han tenido mis padres con nosotros... Un beso. Muy fuerte. Os quiero.

domingo, 15 de mayo de 2011

CIELO DE ÚLTIMAS LUCES



Mañana probablemente escribiré sobre el día de hoy: papá y mamá hacían cuarenta años de casados y nos fuimos a comer a l'Eliana. No vengo a decir que pasé el domingo en familia, ya lo contaré. Ni que fue un descanso continuo en mitad de la batalla, de todo su fragor. Mañana, cuento esas cosas. Mañana cuento que me quedé esperando que se hicieran las siete de la tarde, porque llevaba esperándolo desde primera hora. Y que me sonaron a campanas algunas palabras, que se esfumaran en el adolescente cielo que atravieso por estos momentos. Ya no tengo excusa hasta dentro de otro tanto, como pasó hoy. Al llegar a casa, pasadas las nueve, en algunos segundos, llamé por teléfono y me llamaron luego. Y salí, tras el diluvio de anoche, al cielo raso. Arriba colgada una estrella que atravesó un avión al cruzarla con su estela. Me tumbé miré hacia arriba y sentí una tranquilidad constante. Los nervios se quedaron de lado y la noche mismo me cobijó con las últimas luces del cielo. Mañana os contaré que fue un día especial y en familia. Mañana negaré que esperé para contar los minutos entre dos mensajes del cielo. Y que los imaginé primero blancos y fui tejiendo mis esperanzas y mis sueños, contando entre palabras preciosas, sueños que no serán... pero que hoy se colgaron del cielo, con sus últimas luces...

SOBREVIVIRÉ...

No te pierdas esta canción... Es mucho. Demasiado. Hoy, casi un himno.

sábado, 14 de mayo de 2011

A LA LUNA


Anoche hubo una luna inquietante y cercana que me acompañó a casa. El taxi se desbordó en la madrugada, hacia las cuatro, sin conversación ninguna más allá de una reflexión casi inteligible del propio taxista sobre la proximidad del satélite aquél, amarillo y redondo en toda su luz. Ayer intenté venir a seguir con mis hojas sin rutina, pero no pude escribir porque no funcionaba esta página. Y queriendo decir algo, no sé bien el qué, me quede en silencio. Es la primera vez que un ordenador me deja callado...

Pasan los días de esta campaña electoral entre esperas y esperanzas. Ayer estuvimos en la avenida de la Paz, repartiendo por la mañana en Príncipe de Asturias y me escapé a comer con Leo por salir de la monotonía. Nos echamos unas risas y regresé a la realidad del momento. Sueño ya ahora con volar, salir de viaje, salir de Valencia y poner algo de tierra de por medio. El subconsciente me iba a hacer escribir, de "por miedo". Ayer, viernes y 13... Y no pude escribir. Pienso en la India de 2008 y me planteo volver a la carga con una escapada así, pero hago cuentas y no cuento ni conmigo. De momento tengo una escapada en quince días planeada. Una escapada de móviles apagados, aviso ya,... Anoche fui a cenar a la falla y jugué al truc con Elías, Rafa y Enrique. Luego con Sergio Sánchez. Salí hacia Cyrano a cerzenar. Repito: a cerzenar.

¿Sabéis cuál es la distancia entre la Tierra y la Luna? Cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra. ¿Sabéis cuál es el diámetro de la Tierra? En el ecuador, 12.756 Km. Datos que yo aporto para conocimiento de todos....

A la luna. Un viaje a la Luna no estaría nada mal. Desde allí se divisan los problemas cercanos como cuestiones muy lejanas. No llegan las llamadas de teléfono ni los mails, que probablemente me tienen enganchado. Me sorprendo a mí mismo revisando el teléfono cada veinte segundos, aproximadamente, lo cual da una ligera idea de la enfermedad que produce el contacto directo... En la escapada, a la Luna o en la que tengo por delante en dos semanas voy a intentar descongestionar. Bueno, tendré que descongestionar de muchas cosas, porque anoche ya pensé en mí y en ciertas cosas que irremediablemente han cambiado y que dudo mucho vayan a mejor (a peor siempre podremos hacer un esfuerzo) por el momento.

Y ahora os dejo, que estamos de campaña. 

PD: Tengo ganas de volver a lijar, más que a ensayar.

jueves, 12 de mayo de 2011

RUTINAS


Rutinas... Ese es el título que he pensado para mi entrada del blog de hoy. Hoy, que rompo la rutina, pensando sobre qué escribir y buscando un título antes de sentarme a teclear. Miro las estadísticas y por si a alguien se le pasó, vamos camino de las 50.000 visitas, que sería un buen momento para hacer algo. El qué no lo sé, pero algo. Escucho a Ángeles que está en directo hablando de una enfermedad que afecta a una de cada 5.000 personas. Ángeles tiene además la bondad de hacer apetecible esta entrevista. Lo dicho, que miro las visitas, ayer casi 60 personas que entrastéis y pienso: ¿por qué entran? Si últimamente estoy de lo más arrastrado y pesado en mis hojas perdidas, si apenas no hay sorpresa, si tengo la sensación de... ¡Ay Dios! Caí en la rutina también con el blog...

He intentado ser excesivamente críptico en algunos momentos -lo cual me ha granjeado además algunas confusiones personales- y ha llegado un día en el que tengo la sensación de que ya no interesa a nadie lo que se me cae por aquí. Y sin embargo, sesenta personas pasastéis, aunque fuera de largo... Así que pienso: tengo que hacer algo. Algo por lo que les apetezca entrar. Y he pensado en contaros los pequeños segundos que pierdo, de felicidad, sin compartir. Ahora, por ejemplo, lo que me invitó a escribir: reescuchar una canción de mi adolescencia tardía y de mis amores de patio de instituto. Los Elefantes han vuelto a sonar en casa con su "Yo no lo sabía" y me he redescubierto mirando a ayer y recordando momentos de felicidad. En lo que dura la canción he repasado recuerdos emotivos y emocionantes: y he sido feliz. Antes estaba fregando los platos y ahora me preparo para limpiar el comedor o mi habitación antes de cenar.

Para que os apetezca entrar, os desvelo un secreto de mi vida: me gusta limpiar la casa a las nueve de la noche. Ya sé que la gente normal cena a esas horas o va al gimnasio. Yo, las labores del hogar, me gustan antes de cenar. Es así.

Por cierto hablando de elefantes, si los perros ladran y los gatos maúllan... ¿Qué hacen los paquidermos? Barritar. ¡Cómo mis amigos y yo! Qué barritamos muy a menudo... Chiste fácil. Muy fácil.

La foto de Ibiza, Sa Caleta: la pongo porque Luis me recordó anoche que es mi cala favorita. El futuro me huele a Ibiza, a isla blanca. Espero llegar pronto y volver tarde. Me reí mucho anoche cenando con Luis y Leo, me sentí tremendamente cómodo y relajado. Ha llegado un momento que es complicado destensionarse cuando estás en un lugar público, aunque andes de asuntos propios: anoche estuve relajado y me reí, mucho. Agradecimiento.

Ah, la canción... La de Elefantes, casi lo olvido. Es ésta... por si queréis compartirla.



Bueno, espero que hoy te haya merecido la pena pasar por aquí. Espero haber roto tu rutina, sobre todo la mía, de días incansables llenos de frenesí y electoralidad. Estamos a un paso de las urnas, revolucionando aún más los motores, y yo sueño con pasado mañana. Un "pasadomañana" simbólico absolutamente.

Pd: Ayer fue el aniversario de mi primera comunión... Las fechas que no se olvidan, lo que son las cosas... Mi rutina ni tiene fechas ni horas. Y si las tiene, están muertas. Hasta mañana (si nos apetece encontrarnos aquí).

miércoles, 11 de mayo de 2011

EL BRAZO Y EL DOLOR

Comienza a sonar la voz de Mina: un anno de amore... Da igual que uno esté enamorado que no, su voz, es suficiente para rescatarla de la memoria incompartida... Sigue la campaña, pasa la vida y se acortan los días. Hoy es el aniversario de mi comunión. La recuerdo perfectamente y cualquiera de los que estuvieran porque no creo que nadie tuviera una fiesta con tantas partidas de futbolín como tuve yo aquél 11 de mayo...



Echo en falta una respuesta y me felicito a mí mismo recordándome cosas de las que había perdido la memoria. A veces, peor que responder es qué preguntar... Y yo, ahora, como ando fatigado entre excesos de tarea, de labor, no tengo tiempo para cuestionarme ya nada. Quizá, hoy, de repente, perdido entre los horarios escondidos sólo me preguntaría: Y, en diez años, ¿dónde? Bueno. Probablemente me preocupa más en diez años qué, que no el lugar... El mundo. Con sus esquinas. Hoy me revolotean las fotos que me llegan de Nueva York, de amigos como Vicente y Amparo que, aún en sus vacaciones, me gotean su día a día con estampas de mi ciudad soñada. Me produce una alegría enorme cada mensaje que me envían. No hay envidia, ni siquiera sana: porque la envidia nunca puede ser sana. Me alegra, mucho, que en sus vacaciones se sigan acordando de mí, como yo, en mi periplo de trabajo incansable, les recuerdo a ellos...

Dejo la vista sobre una foto del croissant de París que Jose y Ana me enviaron recién casados: me alegra saber que ese dulce sigue apetitoso en la pantalla del ordenador. He llamado a Jose esta mañana, pero no me hago con él, lo intentaré ahora de nuevo, o por la tarde. Esta tarde tengo tele. Bueno, y un ligero dolor de brazo que continúa pegado a mí... El brazo y el dolor.

Tiene nombre de película de Almodóvar o de tango argentino: el brazo y el dolor. Aunque sería mejor aún: el abrazo y el dolor... El melodrama, que renace siempre en mí...

martes, 10 de mayo de 2011

APUNTES

Apuntes. Vagos apuntes.

Vuelvo a llevar la agenda cargada de castigo. Soy plenamente consciente de que prometí rebajar la carga de trabajo y no lo estoy cumpliendo. Las obligaciones de esta semana electoral tampoco nos dejan mucho margen. Espero descansar más adelante y entremezclo mis horas de deber con mis ocios de manera que tenga al final más tiempo para descanso del que tenía antes. Y eso sí que lo he conseguido.

domingo, 8 de mayo de 2011

DEVOCIONES


Siento no poder escribir más, con mayor continuidad, pero ha comenzado la campaña y aquí no hay minuto de descanso. La actividad es frenética, pese a lo que anoche, finalmente, acabé en un remanso de paz y devociones. Es el fin de semana de la Mare de Déu. Siempre he pensado que uno puede ser más o menos creyente, pero la Geperudeta tiene tras de sí tal bagaje folclórico y tradicional y un arraigo tal que su devoción está por encima hasta de la propia creencia. La plaza de la Virgen fue, una vez más, el epicentro de un sentimiento que aún hoy seguirá alargándose durante el fin de semana. Yo me pasaré esta tarde, después de una paellita en La Canaleta, a procesionar como corresponde. Y digo que es, además, un momento más que especial.

Las devociones, como los vicios y las virtudes, los temores, los tempos, las respuestas,... las administra cada uno y cada cual, a su manera, pero tienen un carácter al mismo tiempo de falta de control. Vamos, que yo creo que no vienen desatados de manera consciente por uno mismo, y que contienen cierto fervor inducido por alguna razón superior, no divina ni celestial, sino personal, cultural, coyuntural... Las devociones, al final, como digo, se las administra cada uno como considera. Pero reconozco que a mí, ésta, la de la Geperudeta, me engancha como me suele suceder con el folclore más nuestro.

Tengo ganas de seguir y de ver qué llegará. De descansar. De pararme a escribir. De reconducir la rutina. De administrarme silencios y palabras a tiempos iguales. Tengo ganas de sentarme frente al mar, de pensar, de leer, de ir al cine, de descansar y de volverme a cansar... Mis devociones ahora, han cambiado. Me siento más mayor, me traslado hacia mi propia consideración de adulto y lo hago tranquilo y sosegado. Ayer la tormenta lo invadió todo: cayó un agua descomunal y hoy todo es sol y luz. Hay una luz fantástica en esta ciudad: forma parte de esa tradición. Y no deja de ser otra de mis devociones...

Si tuviera que enumerarlas, probablemente, mi devoción principal sería la vida. Los amigos y la familia. El trabajo. El respeto. La justicia por encima de todas las cosas. La palabra. La risa y la sonrisa. La carcajada. La noche y el día, en este orden. El desorden y el volver a empezar. Me gustan la mañana y las canciones, el cielo azul y las nubes blancas. Dejar un libro nada más comencé a leer y vagar, por la vida, buscando un nuevo lugar en el que sonreír, mirar al cielo, descubrir... ¡Descubrir! Esa es mi gran devoción...

miércoles, 4 de mayo de 2011

ESTRELLAS DE CIELO RASO


















Me apetece escribir algo realmente profundo. Me apetece destapar mis cariños y mis pesares, dejar constancia en este cuarto de mes de la explosiva belleza con que me cautivó anoche, de repente, cuando menos podía esperarlo, un cielo tremendamente limpio y estrellado. Salí afuera para mirar el cielo. Escudriñé casi cerrando los ojos para conquistar alguna otra estrella lejana y entré nuevamente en casa con una henchida satisfacción. ¡Qué belleza el cielo!

No sé cuanto tiempo pueda haber pasado desde que dejé de ver las estrellas por la noche. De pequeño, de adolescente, me escapaba en Sarrión con los amigos a robar el cielo con nocturnidad y alevosía. Entonces nos tumbábamos sobre el campo de fútbol para mirar, perfectamente diseñado, el universo sobre nosotros. La vía láctea, el camino de Santiago, la osa menor, la mayor, el carro,...

La vez que más cerca estuve de las estrellas fue en el viaje al Himalaya. Al Tíbet indio, en aquella frontera entre Paquistán y China donde el cielo parecía caerse derretido sobre nuestras retinas. Recuerdo la noche, intemperie, humedad y sueño. Sueños. Las estrellas casi dejadas caer encima de mis manos, que extendía hacia arriba con la intención de sentir el calor de cualquiera de ellas. Y les puse nombre y les pedí destino. Y las nubes se cebaron sobre una de ellas... Destino en las estrellas.

Cogí el libro antes de acostarme. Me da igual alargar la noche: esta mañana me desperté antes que el despertador, pero entraba un sol tan cegador por la ventana que, de verdad, creí que me había dormido. Pasé por la ducha y por el despacho. Cociné algo. Unas verduras asadas al horno y patatas. Ahora seré del sueño. Una vez más... Esperando el cielo estrellado que la lluvia trajo anoche con su cielo recién limpiado.

martes, 3 de mayo de 2011

DÍA DE CRUCES

Un cielo soleado se convirtió de repente en la negror más absoluta. Mabel había llegado con su necesidad de contarme. Preparé una ensalada y un poco de lomo, sobre la marcha. Se puede descongelar la carne. Pasamos la tarde limpiando la casa y preparándome para no hacer realmente nada. Madrugué. Me hice mayor desde que me despierto antes de que suene el depertador y compruebo, frente a mí, como se nace un nuevo día con albores de cielo soleado. Pero la tarde lo convirtió todo en un manto negro y dio lluvia. Y seguimos hablando. Por la mañana, estuve en el trabajo y me fui. Compré antes de llegar a casa. No comí, porque había almorzado. Merendé, porque no había comido. Y me dejé la tele encendida y de vez en cuando alguna canción. Tocó Marta Sánchez. Se ha apagado ya el álbum de fotos donde revisé algunos momentos felices de mi vida. Y seguí con la vida en otros caminos, viviendo este calor estival a espensas de que comience un nuevo capítulo de "Ángel o Demonio" que termina ya. Casi ya. Me duele el brazo. Noto las manos ajadas por la limpieza. Y no me apetece cenar. Hoy fue 3 de marzo: el día de la Cruz, a cuestas... La mía propia. ¡Y el día en que brincamos las 40.000 visitas!

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Recordé hace años cuando en la ermita de Santa Cruz, las mujeres más mayores del pueblo cantaban los jesuses, coreados al unísono... Cuando me vaya por los caminos del recuerdo y la cultura popular, contaré éstas y otras cosas...


Pd.: Manu, me alegró saber que tarareabas la canción... Un abrazo.

lunes, 2 de mayo de 2011

EL DOS DE MAYO

Lo decía hace dos noches, en el cumple de Laurita, viendo la tele: las imágenes del World Trade Center no dejarán nunca de llamar mi atención... Sin sospecharlo, en dos días, el hombre que generó aquel horror ha muerto.


















Además de una calle y una fiesta en Madrid, más allá de una fecha, de una historia afrancesada, el dos de Mayo pasará a la historia por ser el del ajusticiamiento (¿se hizo justicia?) de Osama Ben Laden. No hemos visto el cadáver, no habrá entierro, se abren las puertas subjetivas de lo oculto y empezamos a desparramar sobre conspiraciones del gobierno norteamericano y poco más. Me siento confuso: no me llama la atención esta noticia. No me despierta interés. Me sorprendo a mí mismo: se acaba una de las amenazas terroristas más salvajes del mundo entero (del planeta, sí señor) y servidor se queda impasible, como si no fuera conmigo la historia... Como si yo fuera de otro mundo entero, de otro planeta. Laden abrió la podrida fruta del asesinato múltiple y extendió como el aceite vertido el terror por el mundo. Nueva York, Madrid (nuestro Madrid del 11M), Londres,... el terrorismo nos desgarró con otra fuerza desde que este individuo convirtió el cielo de los rascacielos en un manto negro cuajado de sangre inocente... Lo han "cazado" y me quedo igual. Quizá por la distancia absoluta de un personaje que parecía irreal... Me quedo a bendecir el recuerdo de las víctimas y miro al cielo, que sigue sin llover pese a su amenaza.

Ayer fue el primero de mayo, que es fiesta con el Gremio de Artistas Falleros. Me recogió Leo y nos fuimos a desparramar y reírnos hasta el final de la madrugada, con su noche estival, entre los muchos que nos fuimos encontrando... La noche se alargó desde primera hora de la tarde y hoy la recuerdo como una diversión llena de amigos y de gente muy divertida, en un ambiente muy festivo y ganas de parranda. Que nos quiten lo bailao...

Ahora me voy a la ducha. Me dejo a Pablo Alborán en la música cantando...

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...