viernes, 27 de agosto de 2010

LA CANÍCULA



Viernes. Calor insolente. Son cuarenta y tantos la sensación térmica, sin dudarlo. Anoche hablando con un compañero del trabajo le dije que tenía el blog un poco de vacaciones, como había estado yo... No hay ya muchas excusas, ¿no? Vivimos en mitad de las fiestas de Mislata estirando buenos momentos... El miércoles, el concurso de Djs que acabó pasado por Cyrano y en casa de Laura y de Sergi. Ayer, al teléfono. La noche que no acababa de refrescar. Hoy, el odio que cae en rayos contra el suelo. Calor africano. Canícula.

Almodóvar vuelve a rodar. Ayer rodó en mi tele una parodia (os dejo flipaos, os lo cuento con calma). He escuchado algo de Jazz n Groove. Ahora, melodía portuguesa: la brasileira Maria Betânhia ... Otra vez. Cose con la voz... ¡Qué maravilla!

Espero el mensaje que no llega. Pero no desespero. Ahora he quedado a comer con Manu. Luego a pasar el calor de manera discreta y a seguir, cuando cae la tarde, entre el calor que será asfixia, a seguir con la agenda oficial...

Se me queda atrás el verano. Los veranos. Las sensaciones. Las pequeñas y más secretas sensaciones. Me duele algo el cuello y soy capaz de escribir con los ojos cerrados. Algo de hambre que me aprieta y el futuro, que llama a las puertas...

¿Qué pasará cuando acabe la canícula?

lunes, 23 de agosto de 2010

VOLVEMOS A LA CARGA



De la Toscana me quedan las fotos y los recuerdos, muchos y muy buenos momentos estirados en una ruta que nos empujó de Pisa a Florencia en tren y de Florencia a Siena, con nuestra rueda pinchada, en coche. Y luego a San Gimignano, haciendo parada antes en Colle in Vall d'Elsa y Monterioggioni; pasando por Montepulciano y Pienza, haciendo escala en la plaza del Campo, que es el corazón del Palio y vecina del vino de Chianti...

Acabada la ruta, hoy vuelvo al teclado. Me he retrasado porque he querido, porque recuerdo dos intenciones cercanas de haber escrito en estas hojas perdidas, pero de repente lo diluí para no hacer nada. No sé por qué. Quizá tan sólo como un empeño de mejorar lo que quisiera contaros... El verano ha sido un sarao total. No he parado nada. Acabo de repasarlo y me he dado cuenta, en el resumen de mis días de lo que ha sido un sin parar continuado que ha hecho, al final del trecho, que Toñi haya puesto en su móvil una foto de Willy Fogg para verme cada vez que le llamo... Anoche cené con ella en el Peperoncino y nos tomamos un helado en Glasol. Hacía una noche bascosa. De mucha basca...

He estado en Irlanda y en Madrid, me escapé a Ibiza en barco y con aventuras junto al capitán Leo y un sinfín de grumetes. Luego me acompañé con Hugo a Italia y me regresé a las fiestas de Sarrión que se diluyeron en el hastío propio de la edad que intentamos tener. Estoy ya en Mislata. Estoy desde la semana pasada, pasado mi cumpleaños y pasadas muchas cosas que no sé que huella podrán dejarme en el camino...

Las plantas sobrevivieron al calor. A algunos de nosotros nos cuesta más. Entre otras cosas porque Sarrión fue frío y helor. Ahora ya lejano... Empiezo a cuadrar agendas. A dormir. Aunque esta noche me desperté tantas veces. El aire acondicionado acondiciona el hogar. Frío anoche, calor cuando desapareció. Me desperté. Tengo que cuadrar mis cuentas y hacer nuevos planes de futuro. Algunos los he cambiado. Tengo que preparar la vuelta a la tele y a la vida... Y en ésas nos encontramos...

Volvemos a la carga, ¿no? Eso creo que es lo que se suele decir. Que volvemos a la carga y que volvemos con ganas, como siempre. ¿En qué momento me hallo? Pues, probablemente, después de no haber descansado nada este verano y haber estado andando de un lado para otro, sin parar, nada de nada, estoy con ganas no sé de qué y sin descansar... Pero es algo ya habitual en mí, ¿no? En fin... que volvemos a la carga.

viernes, 6 de agosto de 2010

LA PAUSA



Que sea una pausa. Caigo descontrolado, desolado casi, cuando descubro que no os había escrito en agosto... Uf, demasiado. En mi vida pasan muchas cosas. Una voz anónima me escribe en el blog que vivir tan rápido no es bueno, pues probablemente lo dirán los médicos, pero es mi vida, así, y la siento, la presiento, la comparto,...

No os había escrito desde y hoy lo hago con la intención de cerrar un curso escolar. Mañana empiezan mis vacaciones y en líneas generales decir que el curso lo aprobamos, con nota, pese a que hemos tenido de todo. No os digo que no os escribiré porque intentaré llegar aquí desde donde me voy: la Toscana, un viaje iniciático sin duda alguna, que cierra y abre. Que avanza... Me voy con Hugo. Os iré contando, pero no sé si desde allí o aquí a nuestra vuelta... No hago planes. Las cosas, últimamente, como van llegando. Y ya está.

Del verano pasado a este han venido sucediéndose muchas cosas, las conocéis. No las repito, las remito tan sólo. En septiembre habrá cambio de rumbo, lo presiento. Lo busco. Seguiremos juntos si queréis buscando nuestras hojas perdidas, que un día fueron mías y ahora compartimos. Por mucho tiempo, espero. Será ahora una pausa, de una hora. De un día o una semana. No llegará al mes. Lo prometo...

Esta mañana estuve en un adiós. Decir adiós no es fácil. No lo es nunca. Yo me emociono en las despedidas y a veces tan sólo despedirme de un amigo hasta el día siguiente me provoca cierta pena. Cuando soy plenamente feliz, me cuesta decir adiós, hasta luego, lo dejamos aquí... Hay cosas hoy en mi vida que no sé dónde dejarlas... Y eso también me cuesta. En el adiós de hoy encontré muchos recuerdos míos atados a lo que veía, mucho pasado, mucha experiencia, mucho adiós... A los adioses, mi abrazo, mi amor, mi gratitud, mi sueño, mi esperanza, mi emoción, mi sensibilidad y mi compromiso de no olvidar mientras la memoria alcance...

Ya tengo planes de futuro. Y planes de inconcrección. Habrá sorpresas, calculo: si la suerte la buscamos, yo pienso encontrarla. Y cuando la tenga, la repartiré entre gente que hacéis que mi vida sea mejor. A los que me enviáis un mensaje de la nada, a los que compartís una barra, a los que me dáis apoyo, o un abrazo, o una mano bien fuerte...

El otro día cenamos en casa, no lo conté tampoco. Fue una noche bonita: he ganado en la vida tanto en amigos que no sé cómo invertirlo para que siga creciendo. Miré la mesa alrededor de mi mirada, busqué entre la gente que vino a casa y me costó imaginar que hace poco tiempo no los conociera...

Estuve en Ibiza el pasado fin de semana, os contaré con calma la odisea. Sin duda. Conocí más gente. Y me voy mañana... Conocer gente: ese creo que es el gran triunfo de mi vida... Mis fracasos, los dejo encerrados en un frasco de cristal negro, con su tapón de diamantes...

Creo que necesito llegar a La Pausa. Reorganizar, recolocar. Rediseñar mi vida y hacer que siga creciendo. Porque me siento vital, especial, lleno de suertes y de bondades. De sueños. Por cumplir, calculo... Y escribo sobre esos sueños sin pensar, de manera autómata... Seremos teatro y vida. Seremos palabra. Recuerdos. Fotos revisadas... Seremos que ya es mucho. Y me gusta...

Siento no haber estado cuando tenía que estar pero anduve en otros menesteres. Algunos de satisfacción personal, única e intransferible. Otras en virtud de los demás... La vida, que pasa. Que pausa...

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...